El Gobierno ha decidido congelar el plan, calificado de "urgente", de recolocación de empleo aprobado por el Consejo de Ministros a mediados de abril, debido a que el nuevo equipo del Ministerio de Trabajo quiere "repensar" un plan auspiciado por el anterior ministro, Jesús Caldera, según informa este lunes El País.

Desde el Ministerio se asegura que la iniciativa volverá a retomarse, quizá dentro de cinco meses, aunque seguramente con algunos cambios sobre lo previsto. El plan, como informa el citado diario, fue un anuncio sorpresa de Caldera el mismo día en que se conocían los datos de enero. En esos momentos, se había producido un aumento de 132.378 desempleados respecto a diciembre, el mayor incremento mensual de la democracia.

La iniciativa estaba dirigida sólo a los nuevos parados, especialmente los de la construcción, y contemplaba la contratación de 1.500 orientadores de empleo para los servicios públicos. La función de estos trabajadores era diseñar itinerarios personalizados para cada parado y ayudar a los expulsados de la construcción a reciclarse en otros sectores.

Más ayudas

Señala El País que los sindicatos advirtieron de que, más que limitarse a un plan de choque, ésta debería ser la función estructural de los servicios públicos de empleo, por lo que todos los trabajadores habrían de incorporarse a esas funciones. Además, los sindicatos consideraban discriminatorio atender sólo a los parados más recientes de cualquier sector productivo.

El proyecto preveía también ayudas de 350 euros mensuales durante un máximo de tres meses dirigidas a quienes necesitasen un tiempo de formación para reciclarse y tuvieran ingresos inferiores al indicador público de rentas (516,90 euros mensuales). El coste total del plan asciende a 201 millones de euros.