València detecta que las mafias llevan la prostitución de las calles a pisos y bajos

  • Cáritas atendió en 2018 a 100 mujeres víctimas sobre el terreno en virtud de un acuerdo con las administraciones.
  • El área municipal de Igualdad alerta a la Policía Local para cerrar los locales donde se ejerce esta actividad ilegal.
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Imagen de archivo de unas mujeres ejerciendo la prostitución en España.
Imagen de archivo de unas mujeres ejerciendo la prostitución en España.
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Imagen de archivo de unas mujeres ejerciendo la prostitución en España.

Las entidades que atienden en las calles a las mujeres que ejercen la prostitución y que son víctimas de la trata en València están observando "un cambio en el modo de operar de las mafias" que trafican con ellas.

Se trata de un "descenso importante" del número de mujeres que desarrollan estas actividades "en los contextos habituales" que visitan para atenderlas y ofrecerles alternativas no solo formativas, sino también vitales. "Sabemos que están, pero no en la calle", explica Cáritas Diocesana en la Memoria 2018 del proyecto Jere-Jere, un plan fruto de un convenio suscrito con el Ayuntamiento de la capital, la Generalitat y la Delegación del Gobierno, que ha cumplido 18 años.

De hecho, el informe apunta a una "reducción progresiva de las mujeres que se encuentran en las zonas habituales en las que se ejerce la prostitución y que visitamos de manera regular". Si en 2016 fueron 224 las atendidas, en 2017 la cifra cayó a 180 y el pasado ejercicio se quedó en 100 mujeres.

La concejala de Igualdad y Políticas de Género y LGTBI, Lucía Beamud, apunta también al mencionado "cambio del modus operandi de las mafias" como causa del descenso en el número de mujeres atendidas, que desde la concejalía dicen tener "convenientemente identificado, y no es otro que el traslado de esta actividad ilegal -por parte de las mafias- de la calle a bajos y pisos".

Según afirma Beamud, este hecho "no es motivo para dejar de llevar adelante el actual programa municipal a través de Cáritas, que continua siendo muy necesario", pero sí ha llevado a su departamento "a empezar una colaboración de manera paralela con la Policía Local de València para agilizar el cierre de establecimientos donde presuntamente se ejerce la prostitución" en la ciudad.

En este sentido, hace dos semanas se llevó a cabo el cierre de un bajo en la calle San Pedro Pascual por el incumplimiento de diferentes normativas y se está elaborando un mapa que incluye aquellas zonas donde puede haber un conflicto similar al que se ha producido en las inmediaciones del Jardín Botánico, explica Beamud.

Plan integral de atención

De las 133 mujeres atendidas en total en el marco de Jere-Jere durante el pasado año, 24 tienen un plan de intervención "intenso e integral" que se traduce en el acompañamiento por parte de un técnico de referencia en sus diferentes necesidades, desde las sanitarias hasta la tramitación de permisos de residencia, formación, vivienda y otros aspectos como la educación de sus hijos.

El programa atiende un perfil mayoritario y muy concreto como el de las mujeres nigerianas, que presentan "un alto grado de analfabetismo incluso en su idioma materno, lo que retrasa aún más su incorporación a procesos de formación prelaboral", añade el documento. "Se trata, pues, de un trabajo individualizado y de procesos de largo plazo que necesitan de un equipo de recursos humanos estable y numeroso", recoge el informe.

Además, por la "complejidad de este fenómeno", los impulsores del proyecto abogan por la coordinación de estrategias y esfuerzos entre las distintas entidades y la Administración. Desde 2016, una Coordinadora creada a instancias del Ayuntamiento de València se encarga de ello.

Las claves: explotación y desigualdad

Origen. La explotación sexual y la prostitución "forman parte de un contexto de violencia que tiene sus raíces, entre otros, en las desigualdades estructurales de género, la feminización de la pobreza, el racismo sexualizado y la demanda de mujeres para el mercado del sexo", explica la memoria de Jere-Jere.

Prevenir y coordinar. Los responsables del proyecto abogan por ir al fondo del problema, la violencia de género, para prevenirlo, y por coordinar su acción con entidades sociales y cuerpos policiales.

En cifras

35 nuevas beneficiarias se incorporaron al programa el pasado año, frente a 63 en 2017

159.565 euros fue el presupuesto de ingresos y gastos del proyecto Jere-Jere el pasado año

464 mujeres fueron insertadas de 2001 a 2016, es decir, dejaron la prostitución de forma estable

133 usuarias en situación activa participan actualmente en el plan de atención de Cáritas

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