El Programa de Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de 'la Caixa' cumple diez años y durante ese tiempo ha acompañado en Asturias a 4.888 pacientes y 7.774 familiares.

Este programa, enmarcado en la Estrategia de Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud y con el reconocimiento de la OMS, promueve la asistencia integral de los pacientes desde los cuidados paliativos a asistencia psicosocial tanto a los pacientes como a sus familiares. Igualmente, ofrece atención al duelo junto con formación y apoyo a los profesionales a través de cursos de especialización y una red de voluntarios.

En el Principado, la iniciativa se desarrolla en los hospitales Monte Naranco (Oviedo) y Cruz Roja (Gijón), además de en el Centro Sociosanitario El Lauredal y en cinco equipos de atención domiciliaria.

En la presentación de la memoria de los diez años del programa, el subdirector general de la Fundación 'la Caixa', Marc Simón, ha incidido en la vocación social de la entidad y también en la necesidad de que la ciudadanía sea exigente para lograr que las personas estén bien tratadas hasta el final de su vida.

En la misma línea, el director científico del programa, Xavier Gómez-Batiste, ha ahondado en la importancia de ofrecer cuidados paliativos y atención psicosocial y espiritual a pacientes avanzados y sus familiares. "Se habla de eutanasia pero poco de los paliativos", ha apuntado, añadiendo que, como derecho, "lo primero debe ser garantizar que la gente esté bien tratada hasta el final".

Para explicar cómo funciona el programa en Asturias, el director EAPS de la Sociedad de Geriatría y Gerontología del Principado de Asturias, José Gutiérrez, ha repasado la evolución positiva de la atención desde la creación de la Unidad de Cuidados Paliativos en el Monte Naranco hace dos décadas, su posterior protocolo y el refuerzo sustancial que supuso la implantación del programa de 'la Caixa', tanto para ampliar la capacidad de actuación como para reforzar la formación de los profesionales y su trabajo en red.

Pacientes de oncología, de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), de insuficiencia renal crónica o de Alzheimer son los principales receptores de este programa, fundamentalmente a través de ingreso hospitalario, pero también desde la asistencia domiciliaria o centros de mayores.

En Asturias por ahora no se contempla ampliar la red de acción, aunque no se descarta a futuro. Para ello, apuntan desde el programa, sería necesario ampliar el compromiso de las administraciones públicas e implicar al sector privado, especialmente a las mutuas.

TESTIMONIOS DE "ACEPTACIÓN" Y "SOSIEGO"

Junto a los responsables del programa han participado dos participantes, Carmen Cotarelo y Mónica Berdasco, tía e hija de dos pacientes avanzadas. Ambas han resaltado la contribución de esta iniciativa para lograr la "aceptación" de la enfermedad y la pérdida de sus seres queridos y conseguir "sosiego" tras su muerte.

Carmen Cotarelo recordó cómo su sobrina no aceptaba su situación pero tras incorporarse al programa empezó a sentirse más tranquila y con la ayuda de los profesionales lograron "normalizar la situación" y "disfrutar del tiempo" que compartieron en la última etapa de la enfermedad.

Mónica Berdasco destacó "la paz y el sosiego" que ha conseguido alcanzar después de recibir ayuda del programa para asumir la muerte de su madre y recuperar las ilusiones y su vida profesional.

"La tasa de mortalidad es del 100 por cien", ha recordado Gómez-Batiste, para señalar que la muerte es un proceso natural de la vida y que lo importante es garantizar "la dignidad" de las personas en ese proceso.