La grabación de Mónica y el sexo ha llevado a Mónica Naranjo hasta las calles de Tokio, en Japón. Allí, durante su último día en el país nipón, se ha emocionado recordando a los que fueran los dos pilares fundamentales en su vida: su mejor amigo, Carlos, y su hermano, Enrique, ambos fallecidos.
La cantante abrió su corazón y explicó lo complicada que fue su adolescencia, y se acordó de Carlos: "Yo adolescencia no he tenido, de hecho no tenía amigas. Solamente tenía un amigo, y ha sido el mejor amigo del mundo. Estará conmigo toda la vida. Ahora es cuando estoy un poco despelotándome, y aquí estamos, en Tokio".
"A mí me han pasado cosas, como a todo el mundo en la vida, pero al final te quedas con algo que forma parte de mi ser y es que no se mueren. Cuando mi hermano falleció era noviembre y hacía una tramontana de mil demonios. Cuando empezamos a esparcir las cenizas, de repente empezaron a acudir mariposas a rodear el polvo de las cenizas", explicó sobre la muerte de su hermano.
"Siempre que a mí me pasa algo, esté en el país que esté, sea la estación del año que sea, si estoy en un problema, si lo estoy pasando mal, siempre están esas mariposas. Y he entendido, que mi hermano se liberó. Con la decisión que él tomó, se liberó", aseguró emocionada la artista.
Y reveló lo duro que fue también la muerte de su mejor amigo: "Lo que pasó con mi amigo Carlos fue muy distinto. Fue un accidente de moto y fue muy traumático porque no solo dejó sola a su mujer, sino también a una hija con tres añitos, y él sí tenía ganas de vivir, joder que si tenía... Pero está, siempre está".
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