Se trataba de una bengala de señalización fumígena flotante MK-58 que había sido lanzada al mar y, por un fallo de iniciación, contenía su carga de fósforo rojo intacta, ha precisado en un comunicado el Ministerio de Defensa.

El hallazgo se produjo por personal civil que transitaba por dicha playa y dio el aviso a la Guardia Civil, la cual a través del Centro Operativo de Servicios (COS) de Cádiz inició el protocolo de actuación dando aviso al Centro de Operaciones y Vigilancia de Acción Marítima, destacando un equipo de buceadores, especialista en desactivado de explosivos, para su identificación y neutralización.

Una vez personado el equipo de desactivado de explosivos de la Unidad de Buceo de Cádiz y tras una reunión de coordinación con la Guardia Civil, se estableció un perímetro de seguridad de 300 metros y con las medidas de seguridad personales se trasladó la bengala a una zona segura para su neutralización.

Una vez eliminada la carga de fósforo rojo, se retiraron los restos inertes con el fin de minimizar el impacto medioambiental. La manipulación de este tipo de bengalas es muy peligrosa, ya que cualquier movimiento puede activar la carga de fósforo, por lo cual ante cualquier hallazgo se recomienda no tocar nada y avisar a la Guardia Civil para que inicie el protocolo de actuación Guardia Civil-Armada.

Las Unidades de Buceo de la Armada cuentan con personal especialista en desactivación de artefactos explosivos (EOD) y buceadores con especialización en técnicas de inutilización de minas submarinas (EOD-Sub), siendo los únicos capacitados para realizar este tipo de tareas. Esta actividad, en el ámbito marítimo y litoral, es competencia exclusiva de la Armada.