Las excentricidades entre los artistas no son algo nuevo. Los caprichos de algunos de ellos -desde exigir pétalos de rosas en las habitaciones donde van a alojarse, a botellas de agua con denominación de origen- han sido de sobra aireados por la prensa.
Conocida es la manía de la Spice pija, Victoria Beckham, por ir acompañada por un asistente que porta fuentes de frutas y champán durante las grabaciones de vídeoclips.
El cantante español Miguel Bosé pidió whisky y toallas negras en su camerino para el concierto que ofreció en abril en Lima, mientras que Peter Gabriel suele exigir una mujer masajista y una botella de vino tinto para sus actuaciones, y el grupo musical Sepultura, 12 paquetes de chicle Trident de menta.
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