Así se ha pronunciado en el seminario 'Estrategias de adaptación a la crisis climática', organizado por el Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local (IIDL), la Cátedra Prospect 2030 y el Departamento de Geografía de la Universitat de València, a cuya apertura ha asistido también el presidente de la Generalitat, Ximo Puig.

Este encuentro cuenta con ponencias de especialistas que expondrán soluciones y herramientas para, una vez conocido el diagnóstico, poder establecer una estrategia a medio y largo plazo para adaptarse a los efectos del cambio climático, según ha explicado el coordinador de la jornada, el catedrático de geografía de la Universidad de Alicante y presidente de la Asociación de Geógrafos Españoles, Jorge Olcina, que ha subrayado: "El cambio climático ha dejado de ser un tema de creencias para pasar a ser un tema de evidencias".

Joan Romero ha indicado que "ha llegado el momento de pasar de las palabras a los hechos", al tiempo que ha incidido en la necesidad afrontar la cuestión medioambiental y la adaptación a la crisis climática desde un enfoque holístico.

Ha abogado por recuperar en la agenda pública el pensamiento "estratégico" que va más allá del corto plazo, y ha instado a sacar esta cuestión del ciclo político, que dura cuatro años, ya que "impide que se pueda mirar en el medio plazo en el diseño de políticas públicas" que tendrán impacto en la ciudadanía.

A su juicio, hay que pensar en escenarios más amplios, de 15, 20 o incluso 30 años, porque el cambio climático es "el primer problema y un desafío colectivo" para la región mediterránea en el horizonte 2030-2050, y está "demasiado cerca ya".

El objetivo de las administraciones públicas, y también del sector privado, debe ser trabajar para poder anticiparse a las consecuencias: "Cualquier informe de cualquier experto dice que la cuenca del Mediterráneo será una de las áreas más afectadas por la crisis climática, eso es evidente. Tenemos que ir pensando en cómo podemos adaptarnos a algo que ya sabemos que va a ocurrir, que ya está aquí".

Preguntado respecto a las acciones concretas que cabría abordar, ha indicado que en primer lugar hay que poner en valor el conocimiento de los expertos y la información veraz, en un momento en el que "un tuit de una persona indocumentada puede pesar más que el trabajo del mayor medio de comunicación".

Además, dado que los efectos del cambio climático se traducirán en fenómenos extremos, hay que tenerlos en cuenta en el diseño de políticas públicas de vivienda, vegetación o emergencias, además de la gestión del agua o incluso el turismo, porque "el verano ya no es como antes".

PUIG COINCIDE EN LA MIRADA A LARGO PLAZO

Por su parte, el 'president' Puig ha coincidido con la necesidad de tener una visión a largo plazo porque "los ciclos políticos no pueden condicionar las grandes políticas", que van más allá de cuatro años. Así, ha reclamado "un ámbito de estabilidad también en el pensamiento" porque muchas veces se pasa a la acción "sin reflexión".

Ha incidido en que "el cambio climático no sabe de fronteras" y ha asegurado que tiene "esperanza", reflejada en el compromiso surgido entre los jóvenes, y desde los gobiernos hay que implementar "políticas sensibles a la esperanza".

"El cambio climático es incuestionable, tenemos que hacer un análisis serio y riguroso de cómo se ha actuado sobre el territorio y tomar las decisiones oportunas", ha dicho, actuando con contundencia, punto en el que ha recordado las consecuencias de la DANA en la Vega Baja.

Además, ha aludido a la movilidad y a las energías renovables, como la fotovoltaica, en esa lucha contra la emergencia climática. "Estamos hablando estos días con distintos operadores y también con Red Eléctrica para ver cómo es posible que aumente, en el país del sol, la energía fotovoltaica".

PUERTO DE VALÈNCIA

Preguntado por los medios sobre cómo ve en este contexto de emergencia climática que el puerto de València no quiera hacer una nueva declaración de impacto ambiental del proyecto modificado de la ampliación norte, Puig ha indicado que a lo que el puerto se ha comprometido y debe hacer es que "sea sostenible lo más rápidamente posible" y sobre la nueva declaración "es una cuestión legal, depende de si es necesaria o no".

"En cualquier caso, las adaptaciones se deben hacer siempre y hay que estar abiertos a mejorar la sostenibilidad del puerto y cualquier acción que tenga que ver con el territorio. Por eso hablamos de cómo se conectan adecuadamente los intereses de empleo con los medioambientales; ese es el planteamiento que hay que hacer, intentar buscar puntos de encuentro, y desde luego no se hagan acciones irreversibles".