Los bomberos de Vigo ya no aguantan más. Cansados de promesas que no se cumplen, hoy comenzaron las movilizaciones para reclamar mejoras laborales. A mediodía, en el parque de Balaídos, sacaron la mesa y los bancos para comer a la intemperie. El objetivo, en esta ocasión fue mostrar el estado en el que se encuentran las instalaciones.

Además de la infraestructura «obsoleta», su representante sindical, Félix Landesa, recordó que los efectivos de baja pierden poder adquisitivo. Una situación que el Concello prometió solucionar el pasado año.

El parque de Balaídos lleva 18 años sin que se hayan hecho reformas. Sólo existe una puerta para la salida de los seis vehículos que componen su parque móvil; por lo que, si se quiere sacar uno que está al fondo, se debe mover previamente el resto, lo que incluso puede suponer riesgo para los viandantes que pasan por la acera. Sin embargo, en los recintos de bomberos de otras ciudades "hay una puerta para cada vehículo", con lo que la salida de estos es mucho más ágil.

Los trabajadores reivindicaron también la necesidad de ampliación de plantilla. El alcalde, Abel Caballero, prometió la incorporación de diez nuevos efectivos cada año, pero actualmente la plantilla está compuesta por 130 personas, cuando en Vigo harían falta 175. La escasez de personal obliga a cada bombero a hacer cuatro refuerzos para poder cubrir las emergencias.

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