Crece el temor vecinal en Ciudad Lineal tras sufrir 250 incendios en un año

  • Los fuegos en el distrito se han incrementado en el último año: julio fue el mes más negro con 37 incendios. 
  • La Policía Municipal estableció hace unos meses un dispositivo de vigilancia que finalizó el pasado mes de junio. 
Un vehículo quedó calcinado en un incendio en la calle Poeta Blas de Otero.
Un vehículo quedó calcinado en un incendio en la calle Poeta Blas de Otero.
FRAVM
Un vehículo quedó calcinado en un incendio en la calle Poeta Blas de Otero.

Ciudad Lineal arde. Esta afirmación no es para nada baladí. En este distrito con 220.000 habitantes no hay semana en los últimos tiempos en la que no se produzca un incendio. La problemática con el fuego en la vía pública comenzó hace tres años, aunque ha sido en el último cuando la situación se ha hecho insostenible. En Ciudad Lineal se han registrado entre el 29 de agosto de 2018 y el 28 de agosto de este año hasta 250 incendios provocados por la quema de contenedores y otros elementos del mobiliario urbano (182), vehículos (38) y zonas verdes (30), según datos del cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid. El peor mes fue el pasado julio, con hasta 37 fuegos. "Estas cifras solo recogen los incendios en los que ha habido intervención de los bomberos pero se han producido más fuegos de los que tenemos constancia y que no aparecen en la estadística", precisan desde la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM)

Estos actos vandálicos han afectado a todo el distrito, aunque las zonas preferidas por los pirómanos han sido los barrios de Quintana, Pueblo Nuevo, Ascao, La Concepción y San Pascual. "Han pasado ya tres años desde comenzaron los incendios y todo ha ido a peor. ¿Deberíamos crear una brigadas de vigilancia nocturnas? Ya no sabemos qué hacer", afirma con una mezcla de resignación y temor Ana Martínezpresidenta de la asociación vecinal Quintana. "Los vecinos tienen miedo y muchos evitan aparcar por las noches sus coches y motocicletas junto a los contenedores", añade. 

El temor ha aumentado desde el incendio que tuvo lugar el pasado 2 de julio en la calle Virgen del Lluc, donde el fuego pudo llegar al interior de las viviendas de no ser por la intervención de un vecino que vive en el bajo. "Teníamos el edificio en obras y prendieron fuego al contenedor en el que había corchopán y otros productos inflamables. Las llamas eran de tres metros y medio. Cualquier cambio de viento hubiese llevado el fuego a la malla de obra primero y luego a toda la fachada", cuenta Ángel Pérez, que logró sofocar el incendio con una manguera tras 12 angustiosos minutos. "No me lo pensé. Mi mujer y mis hijos estaban en la casa. Ahora vivimos un poco atemorizados. Algún día va a pasar algo", reconoce.  

El pasado 27 de septiembre quemaron un contenedor en la calle Elfo, afectando el fuego a una tienda y a la fachada del edificio. 
El pasado 27 de septiembre quemaron un contenedor en la calle Elfo, afectando el fuego a una tienda y a la fachada del edificio.

Durante la segunda quincena de agosto y buena parte de septiembre los pirómanos no habían dado señales de vida. Pero a mediados del pasado mes volvieron a quemar un contenedor en la calle Manipa. También ha habido fuegos recientemente en la calle Mandarina, la calle Torrelaguna con Canal de Panamá y la calle Elfo con Alcalde López Casero. "Está claro que los pirómanos se habían tomado unas vacaciones y que ahora han vuelto a actuar. Ocurrió lo mismo en Semana Santa", señalan desde la FRAVM.

El concejal presidente de Ciudad Lineal, Ángel Niño, advirtió el pasado agosto que, según los indicios que se habían ido recabando, se estima que no son hechos puntuales "sino que es algo más organizado". Sin embargo, no hay certeza ninguna sobre sus posibles autores. Tan solo el testimonio de la vecina afectada por el incendio en la calle Virgen del Lluc, que aseguró que vio a dos personas encapuchadas salir corriendo tras arder el contenedor.

La Policía Municipal consideró al principio estos incendios como hechos aislados, pero luego sí estableció un dispositivo policial para intentar dar con los pirómanos. "En su momento hubo una instrucción para que se observase de cerca", señalan a 20minutos fuentes policiales, que confirman que desde el pasado mes de junio el operativo permanece inactivo. Este tipo de incendios está tipificado en el artículo 266 del Código Penal como un delito de daños, para el que se recoge una condena de uno a tres años de prisión. No obstante, la pena podría alcanzar los cinco años de prisión si el juez considera que el daño afecta a un bien de dominio público. 

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