Raquel Morillas es una de las concursantes más recordadas de Gran Hermano -ella participó en la tercera edición- y ahora presenta su nueva vida.

La madrileña, que en 2003 sufrió un accidente de tráfico junto a la por entonces su pareja, Noemí Ungría, que le dejó unas secuelas permanentes, lo hace estrenando trabajo como vendedora de cupones de la ONCE, algo que ha querido compartir con todos sus seguidores en su YouTube.

"Como sabéis tuve un accidente. Evidentemente tuve unas secuelas que son ya de por vida y eso me hace tener discapacidad y, gracias a Dios, puedo beneficiarme de eso", explica la televisiva, que ha atravesado por malos momentos recientemente.

Según explica, ha tenido que pasar un examen de 23 preguntas para aprobar la formación. "¡Cómo no voy a aprobar algo del juego si soy una adicta! Ya no, pero lo he sido. Todo lo que sea del juego, yo la 'number one".

Tras pasar este examen, el siguiente paso son unas prácticas de dos días con vendedores de la ONCE profesionales para lograr la acreditación y así poder ejercer su nuevo puesto cuanto antes.

"Estoy deseando que me veáis con el chaleco fluorescente y que me quiten los cupones de las manos. Me dará vergüenza ir por la calle, pero eso tiene que pasar. Estoy feliz y ya era hora que las cosas malas pasaran y llegaran las buenas", asegura la granhermana, que cuenta que su horario será de 8.45h a 15.00.