Preciosa Bouzas llegó el pasado 18 de abril a la capital libanesa, Beirut, para visitar durante unos días a su amiga Aída. Su hija Eva le había regalado el viaje para que se 'desestresara' del calvario sufrido por culpa del falso osteópata José Manuel López Pérez, Coté, que le diagnóstico un cáncer de intestino inexistente.

Pero, lejos de relajarse en esta visita, prevista para diez días, esta coruñesa de 50 años está viviendo "una verdadera pesadilla". El miércoles pasado, cuando tenía previsto volver a España, estalló la violencia entre los guerrilleros de Hizbulá y sus facciones rivales en Beirut.

Desde entonces permanece en casa de la familia de su amiga, en el barrio cristiano de la capital libanesa, a la espera de que la Embajada española le ofrezca una salida como la que permitió a las tres tenistas españolas abandonar el país la semana pasada gracias a una escolta de la Guardia Civil.

Casi una guerra civil

"La gente de aquí dice que la situación es parecida a una guerra civil", asegura Preciosa, "con milicianos disparando en los barrios islámicos y el Ejército libanés en la calle actuando como mero espectador". Por el momento los enfrentamientos tiroteos no han afectado al barrio cristiano en el que permanece, "pero ayer por la tarde ya se oyeron disparos sueltos en nuestra calle y el periódico dice que mañana van a atacarnos".

Además de la lógica preocupación, Preciosa muestra su indignación con el comportamiento de la Embajada española en el Líbano a la que ha reclamado ayuda en varias ocasiones: "Al principio se desentendieron totalmente de mí, pero cuando un reportero español se presentó allí para comprobar mi historia, me llamaron al cabo de una hora".

Los responsables consulares le explicaron que al no estar declarado el estado de guerra en el país, el Gobierno no organiza convoyes de evacuación. "Aunque no me lo dijeron con estas palabras y al estar yo aquí como turista, lo que me dieron a entender es que tengo que buscarme la vida".

A Damasco en un taxi pagado de su bolsillo

"La solución que me ofrece la Embajada pasa por que alquile un taxi para llegar a Damasco (Siria). Ellos me ofrecerían escolta hasta la frontera y a partir de allí tendría que viajar sola", afirma Preciosa.

El taxi le costaría a la gallega entre 1.500 y 2.000 dólares, aunque "yo vine con dinero para diez días y en Damasco tendría que conseguir el billete para volver. Yo no hablo inglés y creo que las autoridades españolas en Siria deberían hacerse cargo de mí. Pero ya me han dicho que la Embajada española en Damasco no actúa como ONG".

Mientras tanto, la situación en el Líbano empeora con la extensión de los combates fuera de la capital. "La familia que me acoge me había conseguido un billete en barco hasta Chipre para hoy, pero tenía que salir desde el puerto de Trípoli, precisamente donde están ahora combatiendo. Se me cerró esa otra vía", se lamenta Preciosa.

A esta coruñesa, con quien se está cebando la mala fortuna, no le queda "más remedio que esperar a que me llamen de la Embajada para saber si la carretera para Damasco está abierta y es segura y aceptar la única salida que me ofrecen".