Los timos de la estampita y el tocomocho siguen muy vivos en Valencia

  • Los timos de siempre continúan haciendo estragos, mientras aparecen nuevos.
  • El del cerrajero es el último que se ha detectado.
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Si una chica morena con melena y de mediana edad le pide dinero para pagar al cerrajero porque se ha dejado el bolso con las llaves y la cartera dentro de casa no se le ocurra soltar un euro: se trata de un timo.

Dos comerciantes del centro lo han sufrido en las últimas dos semanas. A una tienda de ropa le sacaron 85 euros y a una administración de lotería 90.

Éste año ha habido dos casos del timo de la estampita", dice el Sindicato Unificado de Policía

Según un experto en timos del Sindicato Unificado de Policía (SUP), no es la única modalidad detectada: «hace pocas semanas detuvimos a uno que hizo tres veces el timo de la grúa. Iba a casa de particulares y les decía que su hijo se había quedado tirado con el coche y que nesitaba 100 euros para pagarla».

Pese a que con el tiempo surjen nuevas artimañas como éstas, aún a día de hoy clásicos como el timo de la estampita o el tocomocho siguen haciendo estragos.

De hecho desde el SUP han informado que «en lo que llevamos de año han pegado un palo de 2.500 euros y otro de 1.500 con el timo de la estampita en Valencia».

Éste popular engaño consiste en que un gancho que se hace el tonto y va ofreciendo un sobre con un buen fajo de billetes falsos como si fuesen estampitas. Otro gancho lía a un viandante para comprárselas. Los timadores se quedan con el dinero y el viandante con el sobre, cuyo contenido ha sido cambiado por papeles.

El del tocomocho es parecido. Engatusan a la víctima para que compre un billete de lotería falso que supuestamente está premiado.

Las mismas fuentes han explicado que en todos los casos las víctimas son gente mayor, recomiendan no fiarse de desconocidos y denunciar siempre cualquier tipo de timo.

M. M. 65 años, lotera:

«Me dijo que era la mujer del apoderado del banco y le di 90 euros»

Una de las afectadas por el timo del cerrajero explica: «vino una mujer que se presentó como la esposa del apoderado del banco con el que trabajamos. A continuación nos explicó que se había dejado el bolso con las llaves y la cartera dentro de casa y que había llamado al cerrajero, pero éste le pedía 90 euros por adelantado para abrirle la puerta. Como nos dijo el nombre del apoderado y de otras personas conocidas, nos fiamos y le dimos el dinero. Aún no entendemos cómo logró averiguar todos esos nombres, pero el caso es que logró engañarnos. Ya no volveremos a fiarnos de personas desconocidas. Como no ha sido mucho dinero, no lo hemos denunciado».

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