El drama de la subida del mar en el Pacífico: "Mi tierra, mi agua, mis peces y mis cultivos son mi identidad"

Una imagen de Eita, en la isla de Tarawa, la capital de Kiribati. La primera imagen fue tomada en 2010 y la segunda en 2017.
Una imagen de Eita, en la isla de Tarawa, la capital de Kiribati. La primera imagen fue tomada en 2010 y la segunda en 2017.
BEN NAMAKIN
Una imagen de Eita, en la isla de Tarawa, la capital de Kiribati. La primera imagen fue tomada en 2010 y la segunda en 2017.

Ben Namakin tiene 34 años y ha nacido en Kiribati, uno de los lugares más amenazados por la subida del nivel del mar que ya ha empezado a padecer las consecuencias del cambio climático. "Sí, estoy preocupado porque dependo de los recursos naturales para mi existencia. Mi tierra, mi agua, mis peces, mis plantas nativas y mis cultivos son mi identidad y esto es lo que está siendo impactado por el cambio climático", explica este kiribatiano a 20minutos.

Su país, que emerge únicamente 2,5 metros sobre el nivel del mar, está en alerta desde 1989. El nivel del océano amenaza con engullir las islas que lo conforman y según aseguraba en un reciente informe el Grupo de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), este archipiélago del Pacífico podría volverse completamente inhabitable para 2050. En otras palabras, habrá dejado de existir antes de acabar el siglo XXI.

El cambio climático está llevando a los archipiélagos del Pacífico a sufrir situaciones extremas y a cambiar los patrones climáticos. Ben asegura que pueden llegar a tener "lluvias torrenciales durante las mareas altas que inunden varias zonas, o bien lluvias limitadas que provoquen sequías muy prolongadas.

"Una marea nos mató dos árboles y nos quedamos sin nada"

La vegetación en su país es escasa, debido a su suelo árido y salino. Según cuenta, los kiribatianos dependen en gran medida del árbol del pan, una de las escasas y más corrientes especies de vegetación de las islas. "Teníamos dos árboles del pan en la casa donde vivíamos. Los criamos durante más de diez años. Un día, una marea muy alta acompañada con fuerte viento en 2014 trajo olas a la tierra y mató a esos dos árboles de fruta del pan. Nos quedamos sin nada".

Ben opina que una de las deficiencias de su país es la falta de desarrollo de infraestructuras en la costa que eviten la invasión del agua; la subida del nivel erosiona el terreno y provoca su pérdida. Además supone la inundación de hogares, campos de cultivo y zonas de ocio, según dicen los científicos en el informe del IPCC.  "Nuestras pobres infraestructuras también contribuyen a la erosión de las costas, ya que cambian la corriente. Aquí se puede ver a gente construyendo rompeolas".

"Mi mayor preocupación es el agua potable", confiesa Namakin, que aparte de en Kiribati también ha vivido en Micronesia -donde ejerció como educador ambiental para la Sociedad de Conservación de Pohnpei- y en la islas Fiyi, ambos países amenazados ambos por el crecimiento del nivel de mar.

Y es que la población de Kiribati ya experimenta las repercusiones negativas de la crecida del mar. Las inundaciones son cada vez más frecuentes y los cambios de lluvias amenazan al abastecimiento de agua potable, lo que puede tener serias repercusiones para la salud humana. Además, ese incremento del nivel marítimo provoca la pérdida de muchos arrecifes de coral, con graves consecuencias para los ecosistemas marinos, de los que depende la subsistencia de muchos isleños.

"Migración con dignidad"

Como Kiribati, regiones de todo el mundo se verán afectadas. La subida de nivel ocasionará inundaciones extremas que acabarán con hogares e infraestructuras de aquellas zonas más cercanas a la orilla porque son susceptibles de padecer inundaciones y otras catástrofes, siendo las más peligrosas las del oeste y centro de Asia, ciertas regiones del centro y del norte de América, costas del sur de África y en el centro y sur de Europa, sobretodo la zona del Mediterráneo

Según los expertos, el litoral español y las Islas Canarias, son unas de las zonas más vulnerables de padecer episodios extremos anuales a partir de 2040. Más de 30 millones de españoles viven en zonas costeras, y se verán obligados a desplazarse debido a los fenómenos ambientales, que ya amenazan a ciudades como Coruña, Gijón, Santander, Bilbao, San Sebastián, Barcelona, Valencia, Alicante, Cartagena, Málaga y Sevilla.

En el caso de Kiribati, su expresidente Anote Tong estuvo años alertando de la situación que padecía el archipiélago porque se están sumergiendo en el océano y las medidas del Acuerdo de París en 2015 no son suficientemente ambiciosas. Ante un futuro que parece prácticamente inevitable, se ha barajado incluso la idea de trasladar su población a Australia, Nueva Zelanda. Tong, autor de esta iniciativa, bautizó este plan de evacuación como "migración con dignidad".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento