En este sentido, Morales subrayó que el proceso será "totalmente abierto" para que observadores de la comunidad internacional puedan "participar activamente".

La celebración del referéndum revocatorio puede ser la salida a la crisis política que arrastra Bolivia desde hace meses por el enfrentamiento entre el proyecto constitucional de Morales y las demandas autonómicas de varias regiones opositoras. "Las diferencias deben resolverse en las urnas", dijo Morales al respecto.

El 'no' debe superar el 53,7% de los votos

Así, el 10 de agosto se preguntará a los bolivianos si están de acuerdo con "la continuidad del proceso de cambio" encabezado por Morales y su vicepresidente, así como con la permanencia de los gobernadores. Para revocar los mandatos será necesario que el "no" supere tanto al porcentaje de apoyo obtenido en los comicios de 2005, como al número absoluto de votos.

En el caso de Morales y García Linera tendrían que dejar los cargos si el "no" es superior al 53,7% de apoyo que consiguieron en 2005 y a los 1.544.374 votos que cosecharon. Si es finalmente revocado, el presidente debe convocar a elecciones generales en un plazo de tres a seis meses.