¿Tengo que asegurar mi coche aunque no lo use?

Tener el coche asegurado, ya sea a todo riesgo, a terceros o con otro tipo de coberturas, es uno de los trámites obligatorios que hay que realizar. El motivo principal es que todos los vehículos están obligados a tenerlo para poder garantizar como mínimo la Responsabilidad Civil por los daños que se pueden ocasionar a terceros.

Esto quiere decir que, aunque el coche esté en un garaje y no se vaya a utilizar, es obligatorio contratar por lo menos una póliza que contemple la responsabilidad civil, de esta manera si se produjera cualquier siniestro (incendios, cortocircuitos...), los daños que se puedan ocasionar a otros vehículos, personas u objetos estarían cubiertos.

Así se refleja en el artículo 2 del Real Decreto Legislativo: "Todo propietario de vehículos a motor que tenga su estacionamiento habitual en España estará obligado a suscribir un contrato de seguro por cada vehículo del que sea titular, que cubra, hasta la cuantía de los límites del aseguramiento obligatorio, la responsabilidad civil a que se refiere el artículo".

Tal y como establece la ley, tener el coche sin seguro está sancionado con una multa que oscila entre los 601 y 3.005 euros en función de si el vehículo circulase o no, su categoría, el servicio que preste, la gravedad del perjuicio causado, el tiempo que ha estado sin asegurar y de si esta situación se ha dado en más ocasiones.

Además, si en el plazo de cinco días desde el momento en el que se requiere el seguro por parte de los agentes, no se justifica, se precintará y se llevará el vehículo al depósito.

Solo existe un supuesto en el que no es necesario tener el coche asegurado, que esté dado de baja de manera temporal o definitiva en el Registro de Vehículos de la DGT. Eso sí, para poder realizar este trámite es necesario que el coche tenga pasada la ITV.