El Ministerio de Defensa gastó entre febrero de 2002 y mayo de 2003 un total de 8,9 millones de euros en la contratación de 42 vuelos, la mayoría con aviones (como el malogrado Yak-42) de la extinta URSS, para el transporte y apoyo a las tropas españolas desplegadas en el exterior. De esa cantidad de dinero, cerca de tres millones (el 33%), estaba destinado a intermediarios, según informa este lunes El País.
Este pago de comisiones, según el citado diario, figura en un informe de finales del 2004 firmado por el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Félix Sanz, que el ex ministro de Defensa José Bono ha remitido al juez de la Audiencia Nacional que investiga el contrato del Yak-42, Fernando Grande-Marlaska.
"El dato indicado es escandaloso porque supondría unos beneficios a los intermediarios superiores al 33% del precio final y ello teniendo en cuenta que se contrataba con NAMSA [agencia de la OTAN] para reducir costes", indica el general Sanz en este informe destinado a reconstruir la cadena de subcontrataciones que llevaron a utilizar el avión ucraniano.
38.422 euros
El texto de Sanz recuerda que, según su contrato con Defensa, la agencia de la OTAN estaba obligada a dar cuenta de todas las subcontrataciones con empresas no radicadas en países aliados, cosa que no hizo, a pesar de que sólo una intermediaria (Adriyatik) cumplía este requisito.
El general Sanz aportó también a Bono un segundo informe sobre este asunto en el que desvelaba que la compañía operadora del avión, la ucraniana UMAir, cobró 38.422 euros en toda la operación.
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