Alemania está llamada a dar un paso al frente para reactivar la economía mundial.
Alemania está llamada a dar un paso al frente para reactivar la economía mundial.
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El BCE y los tipos de interés negativos

El Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado un paquete de medidas destinadas a profundizar en la relajación de la política monetaria, basadas en la bajada de tipos y compras de activos, introduciendo como novedad un sistema de tiering en la retribución de las reservas bancarias.

La realidad es que el impacto de estas medidas acomodaticias en los mercados ha sido positivo. Pero, ¿por qué sigue siendo en la actualidad relevante la política monetaria? Dos elementos son importantes para contextualizar e interpretar estos cambios.

Geopolítica

El primer aspecto a tener en cuenta es que las decisiones del BCE tienen lugar en paralelo a actuaciones con el mismo sentido en todo el mundo, destacando aquellas ejecutadas por la Fed, el banco central de los EE. UU.

Después de más de una década de crecimiento económico positivo moderado, no inflacionista y que no ha creado burbujas especulativas importantes, puede decirse que las bases del ciclo son sólidas, sobre todo las relacionadas con el mundo de la tecnología, un rasgo representativo de los ciclos largos. Un conjunto de características que explican la fortaleza del mercado de acciones en Estados Unidos.

Aunque la misma continuidad del ciclo precisa ahora de una alta sensibilidad de las políticas macroeconómicas para reaccionar a los nuevos desafíos generadores de incertidumbre, procedentes de la geopolítica.

El principal de estos desafíos es, obviamente, el enfrentamiento arancelario de EE. UU. con China. Las abruptas y 'retransmitidas' negociaciones entre ambos países durante casi un año en la red social Twitter.

Una situación que parece poner en cuestión las reglas básicas del comercio internacional. Además, su coste en desarrollo por la vía de la inquietud social y económica que genera es evidente.

Después de la Gran Recesión (2008), el crecimiento (moderado) en Estados Unidos permitió a la Fed normalizar su política monetaria y desarrollar una estrategia de salida que incluía elevar gradualmente los tipos de interés y dejar de comprar activos.

Ahora, revierte parte del camino que había recorrido - ha bajado ya medio punto este verano -, para ajustarse a la incertidumbre geopolítica, que ha provocado cierta desaceleración en la economía mundial.

La Unión Europea

El segundo aspecto es específico de Europa. El BCE nunca llegó a normalizar su acción monetaria. Asimismo, los tipos de interés han seguido en terreno negativo y, ahora, tras el paquete anunciado, profundizan en ese terreno e inundan otra vez de liquidez el mercado.

Las tensiones geopolíticas en el seno de la Unión Europea, las asimetrías de las políticas macroeconómicas en la UME, la falta de liderazgo político institucional, el acuciante Brexit y los escasos avances en el desarrollo de la arquitectura de la Zona Euro, junto al peso todavía significativo de los activos problemáticos en los sistemas bancarios de algunos países son factores que explican su bajo potencial de crecimiento y sus problemas deflacionistas.

En definitiva, una trayectoria de gran parecido con la reciente de Japón, por lo que se teme una posible japonización de la Zona Euro, realidad hipotética que tantas veces destacan los analistas.

De ahí, también, más allá de las medidas tomadas, el llamamiento implícito del BCE a que el país germano, con su holgada posición financiero-presupuestaria, dé un paso al frente y presente una política fiscal expansiva capaz de cubrir el objetivo reactivador al que, sin su actuación, difícilmente llegará la política monetaria en solitario.

AUTOR: Ignacio Ezquiaga, Director Corporativo de Banca Privada y Gestión