El actor Will Smith y su familia pasaron este verano diez días en un yate con un chef que cocinaba para ellos y ese hecho, unido al relax y la vida relajada, hicieron que el intérprete subiera de peso.

"Me despertaba por la mañana y me gustaba comer cuatro magdalenas", dijo Smith en el último episodio del espacio Red Table Talk . "Luego, para el almuerzo, me gustaba tomarme una mula de Moscú (un cóctel). Esa fue mi rutina durante los diez días", contaba. pero no acababa ahí: "¡Me despertaba, comía cinco panecillos y luego me iba a dormir!", añadía.

Así su mujer, Jada, y su hijo Willow, comenzaron a llamarlo "pastelito". Así que el actor llegó a pesar 102 kilos, "lo máximo que había pesado en mi vida adulta", aseguraba, más que cuando tuvo que coger peso para hacer la película Ali. "Tenía barriga de embarazada", bromeaba el actor.

El actor, que toma medicamentos para la presión arteriel, decidió hacer un ayuno de diez días. "Pero lo tuve que dejar a los cuatro días porque tensión arterial estaba demasiado baja".

"Entonces dejé de tomar mi medicamento y mi presión arterial se normalizó durante los diez días. Y me sentí tan bien como siempre me había sentido. Así que empecé a pensar que había estado tomando medicamentos para la presión arterial durante casi una década, y pensé, ¿tengo presión arterial alta o me estoy provocando la presión arterial alta?".

"Como como un adicto. Me encanta la comida. Pero me doy cuenta de que mi relación con la comida es por diversión. Como por alegría", reflexionaba el actor. "Me aburro y empiezo a comer. Me di cuenta de que soy como un herbívoro. Me pongo algo en la boca cada 30 minutos, durante todo el día", confesaba Will Smith.

El actor terminaba diciendo que ahora piensa que "la comida es medicina" y que "las personas pueden vivir vidas más saludables si entienden lo que están metiendo a sus cuerpos".