Esta iniciativa tiene el objetivo de promover los hábitos saludables y sensibilizar a la población sobre la importancia de no dejar residuos en los espacios naturales. De este modo, ya son siete los arenales libres de humo, que anteriormente se sumaron Cala Estància (Palma), Cala Anguila (Manacor), Sant Joan (Alcúdia), Cala Deià (Deià) la Colònia de Sant Pere (Artà) y Cala Millor (Sant Llorenç).
La consellera de Salud y Consumo, Patricia Gómez, ha visitado este jueves la playa de Binissafúller y, tras resaltar la importancia de la iniciativa promovida por la Dirección General de Salud Pública y Participación, ha animado a los ayuntamientos costeros de Baleares a adherirse de forma voluntaria.
La responsable autonómica ha destacado la repercusión positiva que la red de Playas sin humo puede tener en el entorno natural, debido a que las colillas son el residuo más abundante de la basura marina, incluso por delante de los plásticos, y solo se necesita una para contaminar ocho litros de agua.
Además, las sustancias que componen los cigarrillos, como por ejemplo el alquitrán, plomo, mercurio, amoníaco, nicotina o arsénico, entre otras muchas, quedan atrapadas en el filtro, que no es biodegradable y que puede tardar hasta diez años en descomponerse. De este modo, contaminan la arena a través de la ceniza pulverizada y transportada por el aire, el agua y las propias especies marinas.
Por otro lado, la red de Playas sin humo quiere mejorar la convivencia en la gestión de las playas, dado que las que están sucias generan malestar en las familias, sobre todo al ir con niños, y desde el punto de vista turístico cada vez se valoran más las playas sin humo como reclamo de un turismo familiar.
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