Tiran a dar, sabiendo que hace muchos años que Rocío Carrasco optó por guardar silencio ante las informaciones y opiniones que se vierten en su contra. La participación de Antonio David en la casa de Gran Hermano VIP 7 (Telecinco) y la exposición impuesta de su hija Rocío han hecho que se destape la caja de los truenos. Y arreciará la tormenta en los próximos días con documentación, tremendamente sensible, que ya circula por varias redacciones.

Rocío Carrasco está rota ante el devenir de los acontecimientos. No entiende los ataques envenenados que recibe de quienes desconocen la dolorosa e insostenible realidad que lleva afrontando, desde que su hija mayor fue condenada por el Tribunal de Menores tras protagonizar un enfrentamiento con ella en su propia casa.

Aquella escena, desvelada por este que escribe, fue la punta del iceberg de una relación compleja que, según informes técnicos del propio juzgado, podría estar mediatizada y/o adoctrinada por Antonio David Flores. Una prueba documental que obra en poder de 20minutos y que explica las dificultades que la madre ha tenido para poder mantener una relación cordial y fluida con su hija.

El entorno de Rocío Carrasco niega, además, que sea cierto que, después del derechazo definitivo, su hija telefoneara, hasta en seis ocasiones, para recuperar la comunicación perdida. Será difícil que la inercia cambie. Tal vez porque la hija de Rocío Jurado va a seguir intentando demostrar que la única verdad que la separa de sus hijos es, como ella defiende, la alienación parental.