El desfalco en el Museo Guggenheim se podía haber evitado

  • El Tribunal Vasco de Cuentas Públicas recomendó al museo diversas medidas de control de sus cuentas.
  • Vidarte defiende la gestión. Cearsolo declarará ante el juez el día 13.
  • CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE BILBAO

El ‘escándalo Cearsolo’, el desfalco de 487.000 euros por parte del director financiero del Museo Guggenheim, podía haberse evitado si la pinacoteca hubiese seguido las recomendaciones del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas (TVCP).

Así lo consideran los auditores de este órgano, que se dedica a fiscalizar y controlar la gestión económica de las empresas públicas.

Roberto Cearsolo, responsable financiero del museo hasta el pasado abril, cuando se descubrió el fraude, declarará el próximo martes en el del Juzgado de Instrucción número 1 de Bilbao.

Mientras que el Guggenheim ha abierto una investigación interna, el presidente del TVCP, Jesús Álvarez y dos auditores jefes comparecieron ayer en Juntas Generales de Vizcaya para explicar los puntos oscuros detectados en la gestión del Guggenheim.

Uno de ellos, según explicaron, es la naturaleza jurídica de dos de las sociedades (Inmobiliaria y Tenedora, ambas de capital público al 100%) que forman el Museo junto a la Fundación Guggenheim (privada al 75%).

El tribunal considera que las sociedad públicas deberían ser anónimas y no limitadas, lo que hubiese aumentado el control de la gestión. Así lo hizo saber ya en 1998, en una auditoria sobre la puesta en marcha del museo.

También se recomendaba llevar a cabo controles anuales sobre la gestión. Para la diputada de Cultura, Josune Ariztondo, y el director del museo, Juan Ignacio Vidarte, sin embargo, no hubiese aumentado el control con estas medidas.

"Decir que habría evitado el desfalco es aventurado", dijo Vidarte. Aunque, a partir de ahora, se harán auditorias anuales, aseguró Ariztondo.

Falsificó firmas y manipuló datos

Roberto Cearsolo, director financiero del Guggenheim hasta el pasado mes de abril, cuando se descubrió el fraude, falsificó la firma de Vidarte para cobrar cheques (a su nombre, al portador y en blanco), consiguió las claves secretas para hacer transferencias telemáticas (aún no se sabe cómo) y manipuló los libros contables.

Sustituyó las hojas después de que la contabilidad constara en el Registro Mercantil. Robó 386.000 euros y ha devuelto 300.000.

CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE BILBAO

Mostrar comentarios

Códigos Descuento