Con tan solo 13 años, Max Werenka ha ayudado a la Policía de Revelstoke (Canadá) a resolver el caso de una mujer desaparecida hace 27 años. El joven se encontraba en el lago Griffin dando un paseo en barco cuando vio un coche sumergido bajo las aguas.
Max estaba con los huéspedes que se alojaban en las cabañas que tienen sus padres cerca del lago cuando vio lo que le pareció un coche sumergido, a tan solo tres metros de la orilla.
Llamó a la Policía, que acudió al lugar para ver lo que ocurría. Una vez allí, ningún agente consiguió ver lo que el niño les había descrito. Fue entonces cuando Max se sumergió en el lago con su GoPro y grabó el coche hundido para enseñárselo a la Policía.
Varios buzos de las autoridades acudieron al lugar y, con la ayuda de una grúa, sacaron el Honda Accord negro de 1986 a la superficie el pasado 24 de agosto. Dentro del coche encontraron el cadáver de una mujer.
En el otoño de 1992, Janet Farris, de 70 años, desapareció mientras iba de camino a una boda en Alberta. Su familia denunció la desaparición, pero no se encontró rastro de ella. La Policía encontró la identificación de Farris en el coche.
"Creo que lo peor era no saber nada", ha dicho su hijo, George Farris, de 62 años. "Pensábamos que tal vez se había salido de la carretera porque se había quedado dormida o porque había intentado evitar algún animal en la carretera", dijo.
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