Antibióticos en el embarazo: ¿es seguro tomarlos?

A raíz del brote de listeriosis que ha afectado a más de 200 personas en Andalucía y que causado tres muertes y seis abortos, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha decidido aplicar un nuevo protocolo. En los próximos días se pondrá en contacto con todas las mujeres embarazadas y, en caso de haber ingerido carne mechada de la marca "La Mechá", se les administrará un tratamiento con antibióticos, concretamente amoxicilina, para prevenir abortos o posibles infecciones en los fetos.

Pero ¿es seguro tomar antibióticos durante la gestación?

Existe la creencia de que durante el embarazo no puede tomarse ningún medicamento salvo el paracetamol, y esto es cierto, pero solo en parte. Hay una lista de medicamentos que, por su capacidad de producir alteraciones morfológicas en el desarrollo del feto, están completamente prohibidos, pero existen una gran cantidad de ellos que sí pueden tomarse, siempre bajo prescripción médica y tras valorar el facultativo en cada caso los beneficios y riesgos de tomar o no dicho medicamento.

De hecho, un 5% de las embarazadas sigue tomando fármacos que ya tomaban antes del embarazo para tratar patologías crónicas, como asma, diabetes o ansiedad.

La agencia del gobierno de los Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos y medicamentos (FDA en inglés) utiliza una clasificación desarrollada en 1979 que divide a los medicamentos en cinco categorías (A, B, C, D, X) en función de los riesgos de su consumo durante el embarazo, una clasificación que se tiene en cuenta en muchos países. En España, las recomendaciones generales son restringir en lo posible el uso de medicamentos durante el embarazo, recurrir siempre a los de menor riesgo, evitar la polimedicación y evaluar siempre los riesgos y beneficios de los mismos.

Además, se recomienda que las embarazadas no se automediquen bajo ningún concepto y que, antes de tomar ninguna medicina, consulten a su médico o esperen a que este se lo recete tras valorar su caso personalmente.

El uso de antibióticos para tratar infecciones bacterianas en bastante frecuente en el embarazo y, por tanto, es seguro, pero depende de algunos factores, como el momento del embarazo o el tipo de infección o de antibiótico, por lo que el medicamento específico debe elegirse con cuidado.

Según el Servicio Navarro de Salud, en general, estos son algunos de los antibióticos que sí pueden tomarse durante el embarazo por su bajo riesgo:

Según se asegura en el ministerio de Sanidad, el tratamiento con antibióticos más recomendado en caso de embarazo es la amoxicilina más acido clavulánico, sobre todo en caso de infecciones del tracto urinario, muy comunes en el embarazo y que deben tratarse al existir riesgo tanto para el feto como para madre.

Además, son ampliamente utilizados varios tipos de penicilinas además de la amoxicilina, como ampicilina, bencilpenicilina, cloxacilina... y cefalosporinas, cefuroxima, cefalexina, cefadroxilo,...

En cambio, se desaconseja el uso de eritromicina por riesgo de hepatotoxicidad, aminoglucósidos, por riesgo de daño renal y ótico; tetraciclinas por el riesgo de retraso del crecimiento óseo y alteraciones dentales y de fluorquinolonas por riesgo de problemas en las articulaciones y malformaciones cartilaginosas.

En resumen, aunque ningún medicamento es inocuo al cien por cien, en caso de los antibióticos, se puede afirmar que son uno de los fármacos más seguros durante el embarazo.

Es más, en la mayoría de las ocasiones, es mucho más peligroso para la madre y el feto no tratar la infección, como ocurre con la listeriosis.