Cuando una persona mayor que vive sola se percata de que se ha producido un incendio en su domicilio puede ser ya demasiado tarde.

De ahí que las instituciones busquen poner freno a un problema que cada año afecta en Vizcaya a un millar de personas mayores. Son la mitad de los 2.000 incendios que se producen en domicilios.

La solución, instalar de detectores de humo en sus casas, alarmas extremadamente sensibles y que emiten en señal sonora muy potente.

"Es más fácil que se entere un vecino por la alarma, que el propio afectado", explica Andoni Oleagordia, director de Protección Civil de Bilbao.

En Bilbao, el Ayuntamiento inició el pasado año la colocación de estos sistemas. Ya los tienen unas 200 viviendas y durante este año se implantarán en otras 300.

Ahora quieren tener este mismo sistema las localidades de Santurtzi, que ya ha empezado a instalar alarmas en 240 casas; Leioa, que hará lo mismo con 80 domicilios; y Lekeitio, que aún no ha concretado la cifra.

Así que, de momento, más de 820 viviendas vizcaínas tendrán este sistema anti incendios.

Para instalar el detector de humo, un técnico de Protección Civil, además de un bombero y la asistente domiciliaria que, generalmente, acompaña a la persona mayor, examinan la casa en busca de posibles focos de incendios y la mejor ubicación del detector de humos.

La instalación es gratuita para los beneficiarios, aunque tampoco sale demasiado caro para los ayuntamientos. La alarma viene a costar unos 12 euros. En Bilbao, desde que se empezaron a instalar, no ha saltado ninguna de las alarmas.

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