Carla Bruni llegó este lunes a Túnez junto a su esposo, el presidente de Francia Nicolas Sarkozy, para realizar una visita de Estado a este país magrebí, marcada por los intereses económicos. Como siempre la primera dama francesa acaparó toda la atención.
Bruni volvió a elegir un look muy Jacqueline Kennedy. En concreto, un vestido azul marino sencillo y elegante acompañado de complementos de la casa Chanel: un bolso blanco y unas bailarinas azules con puntera blanca que cerraban un estilismo muy estudiado.
Éste es el tercer viaje oficial de la modelo-cantante, en sus anteriores apariciones públicas Bruni había elegido Dior como apuesta segura.
La llegada
Sarkozy y su esposa fueron recibidos en el aeropuerto por el presidente, Zine el Abidín Ben Alí, con el que se fundió en un abrazo antes de escuchar los himnos nacionales de los dos países y pasar revista a una guardia de honor.
Ambos se trasladaron al centro de la capital, donde desde por la mañana se habían congregado miles de personas, miembros del partido gubernamental según medios de la oposición, que les vitorearon ruidosamente.
Sonriente, Sarkozy recorrió a pie la avenida Habib Burguiba y no rehusó dar la mano a algunas de las personas que estaban contenidas por barreras metálicas y un fuerte dispositivo policial.
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