Según un comunicado de la empresa, la obra, que ha tenido una inversión de 23.000 euros, ha consistido en la creación de un anillo eléctrico -mediante la extensión de un nuevo tramo de cable subterráneo de última generación el barrio, lo que ha permitido conectar tres centros de transformación- y la reforma de un centro de transformación.

De esta forma, la red ha quedado mallada y posibilita que, en caso de incidencia o indisposición de una de las líneas principales, se pueda dar servicio a los clientes afectados por una vía alternativa.

Se ha aprovechado la operativa para modernizar un centro de transformación, en el que se han sustituido las tradicionales cabinas eléctricas por unas de última generación, y la compañía ha asegurado que la tecnología es "más segura para las personas que deben manipularla y también es más robusta de cara a soportar ambientes húmedos y salinos, como es el caso de zonas cercanas a la costa".

Se ha introducido también un equipo de actuación remota y un sistema de comunicaciones que permitirá "accionar a distancia los dispositivos de maniobra del centro de transformación" desde el centro de control de Endesa en Barcelona, evitando la necesidad de desplazar a equipos sobre el terreno en caso de incidencia.