Seis de cada diez radares de la provincia están ocultos para los conductores coruñeses y, además, no están en un sitio concreto. Sólo la N-550 (A Coruña- Santiago) tiene cuatro de esos aparatos, y otor fijo, lo que la convierte en la vía interurbana más vigilada de A Coruña.
Esta radiografía de las carreteas de la provincia es obra de la asociación Automovilistas Europeos Asociados (AEA), que tiene información de primera mano: a lo largo de la pasada Semana Santa varios de sus socios fueron multados por exceso de velocidad en tramos vigilados por un radar oculto.
Sin afán recaudatorio
Para esta denuncia, la Dirección General de Tráfico (DGT) tiene una respuesta clara: los puntos de control "no tienen afán recaudatorio", pero eso no quita que se muevan por tramos "donde suele haber accidentes", cuentan.
Y el hecho de que estén ocultos al conductor, según Tráfico, no es del todo cierto, ya que la red fija (18 radares) está señalizada "por una cuestión de transparencia, sin ninguna ley que obligue a ello".
En cuanto a los dipositivos controlados por la Guardia Civil, "se intenta avisar de su presencia con paneles" en muchos casos, sostiene la DGT, aunque hay aparatos que en un mismo día pueden estar controlando más de un tramo concreto.
Con pistas de su ubicación o sin ellas, los conductores que se pasen con la velocidad se arriesgan a sanciones que van de los 100 euros a los 520, y a la pérdida de entre dos y seis puntos.
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