Los detalles de uno de los sucesos ocurridos durante la madrugada del domingo en la ciudad se van aclarando.

El herido en el tiroteo registrado en los alrededores de la discoteca La Rosaleda no fue un amigo del delincuente conocido como El Pirri, como ayer informó la Subdelegación del Gobierno, sino un joven de 21 años que fue secuestrado.

Todo comenzó con una discusión que El Pirri, un delincuente muy habitual y peligroso de Valladolid, y un compinche tuvieron con los porteros de dicho local porque éstos no les dejaron entrar y en la que ya apareció una navaja.

Posteriormente, ambos delincuentes se dirigieron a la casa de uno de ellos a por una escopeta. En el camino, el coche se les averió y pararon a otro vehículo para que, a punta de navaja, les llevara al domicilio de uno de ellos en Las Flores.

Al volver a la discoteca, el secuestrado, un joven de 21 años, intentó huir con su coche aprovechando un despiste de El Pirri, quien le disparó dos veces con la escopeta, según publicó El Norte de Castilla y confirmó la Subdelegación del Gobierno.

Los tiros, que entraron por la ventanilla, impactaron en la espalda del conductor y en la cara, lo que le rompió parte de la mandíbula y le hirió de gravedad, aunque su vida no corre peligro.

Tras el golpe, el joven, que siguió conduciendo durante unos cuantos metros, tuvo un aparatoso accidente en la avenida de Salamanca y fue ahí cuando le atendieron los servicios de Emergencias.

Por el momento, ninguno de los dos presuntos autores del suceso han sido detenidos.

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