El ministro de Trabajo e Inmigración es el gran protagonista este lunes en los quioscos españoles. Celestino Corbacho abre las primeras páginas de Público y en El Mundo en las que se presenta como un político dispuesto a que, en materia de inmigración, haya "disciplina en el cumplimiento de las normas". No quiere que se le etiquete de "duro" pero afirma en Público: "Tampoco soy un blando para afrontar los problemas".

Fuentes socialistas afirman en este diario que "en el imaginario colectivo han calado la idea de que nosotros somo más blandos con la inmigración irregular". Por eso, con Corbacho, se quiere hacer visible las políticas que se van aplicando. El ministro seguirá dos líneas de actuación: "En España, todos los inmigrantes que quepan y uno más, pero todos con contrato de trabajo", y : "Un país, una ciudad, un barrio o una escalera no pueden funcionar nunca con las normas del último que se empadrona".

El responsable de inmigración asegura, por último, que la sociedad debe saber que "el Gobierno no está de brazos cruzados".

Mientras, en el diario El Mundo, Corbacho asegura que "no se trata de ser duro o blando con la inmigración, sino de ser realista y hablar con claridad" sobre este fenómeno. Por ejemplo, el ministro apunta que es favorable a que los inmigrantes puedan votar en unas elecciones, pero con algunas limitaciones. "Cuando una ciudad tiene cerca del 24% de inmigración y esa inmigración ya está estable y con clara voluntad de permanencia y de formar parte de la ciudadanía de futuro, me parece razonable que se busquen fórmulas que les permita votar en los comicios municipales", afirma.

Requisitos para votar 

Entre lo requisitos que apunta, destaca que sí podrían votar los inmigrantes que llevan "ocho o diez años viviendo aquí", que tengan ya una unidad familiar formada o formen parte de esa ciudadanía. "Y siempre en el marco de las elecciones locales", subraya.

Sobre su fama de ´duro´, indica que "cuando indentificas problemas o medidas para resolver problemas, puede entenderse como sinónimo de dureza". "Pero no haré políticas duras o blandas", continúa.

En relación al contrato de integración propuesto en campaña electoral por Mariano Rajoy, Corbacho afirma que le preocupan más "los controles sobre legalidad del inmigrante que el contrato de costumbres. En España tiene que haber todos los inmigrantes que sean necesarios, pero todos con contrato de trabajo".