Algo más de un año. Eso es lo que ha tardado Alejandro Sanz en vender su enorme casa. Y el comprador, claro, ha sido alguien que se podía permitir entrar a vivir en la hasta hace poco mansión del cantante: Eden Hazard, la nueva estrella del Real Madrid.

Ahogado como estaba por las deudas, desde la separación con su exmujer, Raquel Perera, hasta la demanda que le ha interpuesto Rosa Lagarrigue, quien ha sido su mánager durante 25 años y que reclama al artista madrileño 9 millones de euros, la venta de su casa en La Finca, su hogar desde 2013 junto a Raquel y sus dos hijos con ella, Dylan y Alma, es un soplo de aire fresco (y más en este verano).

Se trata de una espectacular casa sita en la exclusiva urbanización de La Finca, un barrio en Pozuelo de Alarcón. El cantante sabía a la perfección que su futuro comprador tendría que ser alguien de un alto nivel de vida cuando la puso a la venta hace un año, dado que pedía 11 millones de euros por ella.

Finalmente, el mediapunta belga del equipo blanco se ha hecho con el casoplón y ya ha sido visto en sus inmediaciones junto a su familia supervisando ciertas mejoras que ya están realizando, toda vez que él y el autor de Corazón partío ya han completado la compraventa, según informa la revista Semana.

El futbolista, llamado a ser toda una referencia para el madridismo, está poniendo a punto su nueva casa al lado de su mujer, Natacha Van Honacker, a la que conoció cuando aún estaban en la escuela y tenían catorce años.

Desde que llegaran al Madrid a principios de verano, el matrimonio se puso a buscar un lugar relajado, apartado y exclusivo donde poder vivir con sus tres hijos (Yannis, Leo y Samy, de ocho, seis y tres años, respectivamente), para lo que pidió consejo a sus nuevos compañeros de equipo, dado que no le gusta a ninguno de los dos ser personajes públicos (Van Honacker no tiene, por ejemplo, redes sociales).

Su nuevo hogar, de estilo modernista, es conocido como la Black House ("la Casa Negra") debido al material usado en su fachada, pizarra negra, que le otorga este característico color.

Con unas dimensiones de 5.151 metro cuadrados de parcela, la vivienda, de 1.631 metros cuadrados, es un diseño del arquitecto Joaquín Torres dentro de su estudio A-Cero. Para el interiorismo se opto por dar al espacio una sensación de sencillez y modernidad basado en líneas rectas y curvas.

Como es presumible por ese precio, la casa tiene todo lujo de detalles y multitud de estancias, desde tres salones diáfanos, debido sobre todo a la multitud de impresionantes cristaleras que dan una sensación de amplitud y claridad, hasta seis dormitorios o, incluso, diez baños.

Los terrenos de alrededor, diseñados para poder dar largos paseos con la familia o, incluso, con los hasta catorce comensales que caben en la mesa principal del comedor, quienes también pueden disfrutar de la piscina interior, el spa, el gimnasio, la biblioteca, el despacho, la sala de cine y una bodega.

No hay que olvidar tampoco las propias instalaciones de la urbanización, que cuenta con pistas de tenis, padel, fútbol, baloncesto y squash, así como de un gran parque con lago.

No solo la cocina está equipada con electrodomésticos de primera calidad, sino que la casa funciona por domótica, un sistema que controla cada una de las estancias. Además, las persianas son de última generación, proporcionando la cantidaad juta de luz para que la temperatura y la visibilidad sean siempre las adecuadas.

El dormitorio principal está equipado con chimenea, una televisión abatible en el techo, diversos stores y las cortinas blackouts, un enorme vestidor y un baño con jacuzzi. La Black House cuenta con dos espacios chill-out, uno de los cuales está en la terraza, desde donde se ofrecen unas espectaculares vistas del skyline de la capital.