Pocos buses con rampas para los discapacitados

  • Un vecino se queja de las dificultades de los discapacitados físicos para acceder al bus.
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Óscar Martín vivió el jueves un suceso vergonzoso cuando,
al querer bajar de un autobús de la línea 4
una persona con silla de ruedas, el conductor reclamó la ayuda de los pasajeros para sacar la rampa, «por su mal estado y nula conservación». Refiere Óscar que «al final, hubo que bajar al hombre con su silla a pulso», siéndole imposible al conductor cerrar la rampa, por lo que el bus quedó detenido en situación de avería más de 35 minutos. El lector se queja de «un transporte público que sigue sin estar adaptado para las personas discapacitadas o con problemas de movilidad».

Paqui Molina, de la Federación de Discapacitados Físicos de Alicante (Cocemfe), me explica que su organización «lleva tres años enfrentándose a este problema», con varias inspecciones anuales para examinar «no sólo cómo están estas rampas, sino también el estado de las paradas, a menudo con coches que las ocupan o mobiliario urbano que obstaculiza la bajada de las personas con movilidad reducida».

Nos dijeron que revisaban las rampas a diario en las cocheras y que funcionan perfectamente, en cambio su mantenimiento es penoso

Cocemfe presentó 18 quejas el año pasado por estos motivos a Subús (la empresa concesionaria del transporte) y a la Concejalía de Tráfico, obteniendo a cambio «muy poca respuesta». Molina valora que «el 60% de los buses adaptados tienen un funcionamiento correcto» y recuerda que, «el año pasado, tres días antes de las elecciones (locales), se adaptaron 34 más».

Pero también denuncia que «nos dijeron que revisaban las rampas a diario en las cocheras y que funcionan perfectamente, en cambio su mantenimiento es penoso». También está «la actitud de los conductores, algunos de los cuales sacaban la rampa de mala gana, aunque su comportamiento mejora». La edil Laura Soler, que vive «cotidianamente» este mal trago al trasladarse en silla de ruedas, me explica que «según los datos oficiales, un 70% de autobuses están adaptados, pero con rampa manual y no automática, y el otro 30% ni las tiene». Denuncia que «la empresa no quiere invertir y eso que se trata de un servicio público que cobra subvenciones y pagamos con nuestros impuestos. La dificultad también es para los mayores, gente con carritos de bebé o con muletas», asegura la edil.

Desde el comité de empresa de Masatusa (Subús) centran el problema en que, a diferencia de Barcelona, Zaragoza o Elche, «aquí apenas 5 o 6 de los autobuses cortos poseen rampa automática (con botón); todas las demás son manuales y no funcionan correctamente». Y confirman que «para extraer estas pesadas placas de acero encajadas bajo el suelo del vehículo a veces se necesita ayuda. No es que no queramos, es que nos faltan medios». Varios empleados están de baja por lumbalgia o desgarros musculares. Subús (a quien remite siempre el Ayuntamiento) no me ofreció ningún dato.

EVALUACIÓN DE LA RESPUESTA

Concejalía de Tráfico: Suspenso

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