El actor Joaquín Kremel, que actualmente encarna a Oscar Wilde en la obra "El beso de Judas", se ha congratulado de "las leyes supermodernas" que hoy día tenemos en España y que favorecen cualquier tendencia sexual, aunque "en la sociedad sigue habiendo gente con mucha carcoma", ha criticado.

En una entrevista en Toledo, donde mañana y pasado mañana se meterá en la piel del escritor irlandés justo en el momento de su vida en que es detenido y encarcelado por su homosexualidad, Kremel ha lamentado la "tremenda injusticia" que se cometió con Oscar Wilde, por su condición sexual.

"De la cintura hacia abajo"

En este sentido ha resaltado que en la Inglaterra de finales del siglo XIX, Wilde era "el hombre más envidiado, brillante y famoso de su época, incluso más que la reina de Inglaterra, lo que no impidió que, por su condición sexual, pasara de tocar el cielo a ser escupido y agredido por la calle, por la hipocresía social de la época".

Hoy, "afortunadamente esto no puede ocurrir en un país como España, donde tenemos unas leyes supermodernas que favorecen cualquier tendencia sexual", ha subrayado.

No obstante, ha apostillado que la legislación, en muchas ocasiones, va por delante de la sociedad, ya que ésta "sigue haciendo comentarios poco acertados hacia el que es diferente, se tiende a la burla y hay un interés morboso en saber qué hace la gente de cintura para abajo, cuando esto no debería importarnos a nadie".

En definitiva, "en la sociedad sigue habiendo gente con mucha carcoma", ha asegurado Kremel, quien ha recordado que "hasta hace muy poco había una Ley de Vagos y Maleantes en la que se incluía a los homosexuales".

Puesta en escena

"El beso de Judas", basada en un texto del inglés David Hare y dirigida por Miguel Narros, fue estrenada en agosto de 2007 en Avilés (Asturias) y en ella Kremel comparte protagonismo con Juan Ribó -que da vida al mejor amigo de Wilde, Ross- y con Enrique Alcides, que encarna a su amante, Lord Alfred Douglas "Bossie".

Los actores Emilio Gómez y Luis Muñiz completan el reparto, con el que Joaquín Kremel ha confesado "sentirse enormemente compenetrado", al tiempo que ha elogiado la "magnífica dirección" de Narros, la escenografía de Andrea Dodorica y la música original compuesta para la ocasión por Luis Miguel Cobo.

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