Los concursantes de Operación Triunfo siguen, en general, muy desafinados. Esta semana en el banquillo de los nominados se sientan Esther y Paula, quienes a diferencia del resto de sus compañeros, cantarán en solitario durante la próxima gala.

La nominación está carcomiendo a Paula que no se ve en igualdad de condiciones que el resto "porque la gente no la ha visto cantar". La sevillana no es la única que tiene una espinita clavada desde el martes ya que Esther siente que Risto Mejide "la humilló delante de toda España". Pero sobre todo la malagueña se siente dolida por el rapapolvo de los profesores de la Academia que le dijeron que se planteaban expulsarla "porque se pasa el día mirándose a los espejos". Como dice el refrán: "la verdad ofende" y ella esa noche pensó hasta en marcharse del programa.

Claro que al día siguiente ‘Barbie alaridos' olvidó todo cuando sus compañeros y Ángel Llácer le dieron una fiesta de cumpleaños como Dios manda.

Durante el reparto de temas para la próxima gala, Manu Guix les ha dado un poco de caña a los chicos porque desafinan mucho. "No trabajáis suficientemente bien y el público cada vez es más exigente".

Boris acude a 'OT'

La Academia se ha llenado de glamour con la visita de Boris Izaguirre que les ha regalado a todos un ejemplar de su último libro Villa Diamante. "El gran truco de Risto es que tiene vocabulario. Os estamos entregando estos libros para que tengáis vocabulario con el que contestarle a todos los Ristos del mundo".

Por su parte, Pablo está saboreando la visita de su novia Laura ya que ha sido el afortunado que podrá estar con su pareja durante una hora sin cámaras. "Me la voy a comer enterita. Le voy a poder echar ocho o nueve de la eyaculación precoz que me va a entrar cuando la vea", comenta el triunfito con sus compañeros.

Claro está que Iván no querría estar en la piel de la novia de Pablo."A mí me daría vergüenza porque todo el mundo sabe que ella viene a eso", asegura el madrileño.