El horario de la exposición será de lunes a sábado de 11.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 21.00 horas, y los domingos de 11.00 a 14.00 horas. En la presentación de la exposición han participado el concejal de Cultura y presidente de la Fundación Municipal de Cultura (FMC), José Luis Costillas Gutiérrez, el comisario de la exposición, Ángel Mato Díaz, y el exciclista profesional y periodista, José Enrique Cima.

Según ha indicado el comisario de la exposición, han sido los coleccionistas los que han prestado las bicicletas para la exposición "desinteresadamente".

La exhibición se propone recordar la importancia de la bicicleta en la historia contemporánea, en especial ante la gente joven, "que limita su papel al ámbito lúdico o deportivo". Esa visión global de la función de la bicicleta se refuerza con contenidos referentes a la tradición ciclista de Oviedo y de Asturias desde finales del siglo XIX y principios del XX. Asimismo se hace un "guiño" al ciclismo actual profesional en la exhibición, con bicicletas como la de

Induráin.

"Es una introspección en la historia de la bicicleta en Asturias de estos últimos 100 años", ha señalado Costillas. El concejal también ha destacado que "se pondrá el foco en las bicicletas femeninas".

Durante la presentación el comisario de la exposición ha destacado que la bicicleta es un "icono de modernidad", ya que una de 1910 "puede tener el diseño de cualquiera de las bicicletas actuales", y ha destacado su relevancia social, al haber contribuido a cambiar los modos de vida, dando "libertad de movimiento" a sus usuarios.

Para ilustrar el protagonismo de la bici en la historia contemporánea se exponen un velocípedo francés Larippe, dos bicicletas sin cadena del siglo XX (la norteamericana Spalding y una francesa Peugeot), una Automoto masculina francesa (1992) y la femenima Skandia de fabricación alemana (1928).

El ciclismo de competición está representado por una Peugeot de pista de 1901, una Humber inglesa de 1910 y la bicicleta de carrera La Rafale, francesa de 1930. En cuanto al ciclismo en las contiendas bélicas se recuerda con una bicicleta militar suiza de 1933.