"Peter Jackson me robó 'The Lovely Bones"

Tras ser el secreto mejor guardado del cine británico durante una década larga, Lynne Ramsay está ganándose a sectores más amplios del público y la crítica gracias a We Need to Talk About Kevin, su último filme. Y, ahora que esta adaptación literaria (basada en la novela Tenemos que hablar de Kevin, de la autora Lionel Shriver) se ha metido en el bolsillo al Festival de Cannes 2011, la directora escocesa aprovecha para ajustar viejas cuentas con sus colegas de la industria del celuloide. En concreto, con un tal Peter Jackson, que ahora rueda The Hobbit en Nueva Zelanda.

Hagamos un poco de historia: en 2005, Ramsay se ha convertido en una mirada a tener en cuenta gracias a dos películas magistrales, Ratcatcher y Morvern Callar (hacéos un favor y vedlas cuanto antes). De modo que un gran estudio de Hollywood la contrata para llevar al cine Desde mi cielo, el libro de Alice Sebold sobre los recuerdos de una joven asesinada. Los primeros problemas comienzan cuando la cineasta entrega su guión, que no convence a los productores ("Querían una réplica del libro", comenta a Los Angeles Times) y prosiguen cuando la novela se convierte en el libro del mes del programa de Oprah Winfrey, lo que obliga a acelerar la producción.

"Era horrible, nadie quería decirme la verdad, como en 1984", afirma la Ramsay. Y la verdad, como ella no tardaría en descubrir a su pesar, era que un Peter Jackson cargado de Oscar gracias a El Señor de los anillos: El retorno del rey también quería hacer un filme con la misma novela. "Cuando Jackson comenzó a husmear, todos me dieron de lado", prosigue la directora. "Él y Spielberg estaban a la par, y yo sólo era Lynne Ramsay". Así pues, el neozelandés se quedó con el proyecto, y la escocesa afrontó una depresión que, según reconoce ahora, puso en peligro su salud. "No pude volver a dirigir durante seis años".

La película de Peter Jackson se llamó The Lovely Bones, obtuvo un escaso 32% de críticas positivas en la poderosa web Rotten Tomatoes y, hoy en día, todos la consideran una mancha en la trayectoria de su autor. En cuanto a Lynne Ramsay, sigue siendo una directora estimada por los amantes del cine indie. We Need to Talk About Kevin podría poner su obra al alcance del gran público.