La fiebre del polígrafo, instrumento utilizado para discernir si una persona está mintiendo, ha llegado a Aragón. Desde 2003, más de 30 aragoneses se han sometido de forma voluntaria a esta prueba, sobre todo para descubrir infidelidades de sus parejas.

Este tipo de dudas suponen el 70% de los casos, según José Antonio Fernández Landa, experto en el uso del polígrafo, que lleva más de 18 años dedicándose a detectar mentiras en toda Europa.

También en el ámbito laboral se usa frecuentemente, para comprobar si un empleado «ha cometido algún tipo de robo en la empresa o si se puede confiar en él».

La mayoría de las veces, son los hombres los que acuden al polígrafo para pedir que realicen la prueba a sus parejas, según la perito de polígrafo, Conchita Pérez.

A la consulta que Conchita tiene en Zaragoza han acudido personas de Palma de Mallorca, Bilbao, Santander, Barcelona o Benidorm.

Sin embargo, todavía son muchos los que no se acaban de creer que este método realmente funcione. «Hay un alto porcentaje de mentirosos, porque vienen pensando que serán capaces de engañar a la máquina, y luego no es así», dice.

La principal reticencia de los clientes es su precio: saber si tu pareja te está mintiendo puede costar entre 600 y 700 euros, aunque hay descuentos para grupos y empresas.

A pesar de la fama que adquirió el polígrafo en distintos programas de televisión, su finalidad no es buscar un culpable, sino «demostrar la inocencia», afirma Fernández Landa, que también señala que «en Gran Scala se usará mucho, para resolver problemas con los empleados».

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