Zahara deja su huella en el Low y enaltece el mensaje heredado de su madre: "El feminismo es cuestionarse"

  • Zahara apuntaló el cartel del Low Festival el viernes, y antes de desplegar su magia atendió a Europa Press para hablar de introspección y de estribillos. Según la artista, su banda en las tablas intenta "trasladar fielmente los conciertos de salas" también en los festivales, quieren replicar todos los ambientes que se viven en los recintos pequeños.
Zahara.
Zahara.
HEINEKEN JAZZALDIA - Archivo
Zahara.

La artista se pronuncia a su estatus como icono feminista y reivindica a su madre y enaltece su mensaje. "Mi madre fue pionera en el movimiento feminista en Andalucía, y siempre ha sido la primera que me ha enseñado que el feminismo es cuestionarse".

Zahara continúa con su análisis sobre su forma de entender sus actuaciones en festivales. "Llega el festival y parece que sólo se puede tocar caña y estar arriba todo el rato. Me imaginé un concierto así y vi que era muy poco representativo y que además me resultaba muy aburrido. Entonces intenté hacer un concierto donde consiguiera que estuviera todo lo de la sala, pero concentrado. Y en los conciertos de sala hay muchas dinámicas, y entonces aquí hay muchos momentos también de introspección, de canciones que haría en un concierto de sala y que además sorprendentemente funcionan. Es nuestra apuesta", asegura.

Zahara reivindica hacer "lo que a uno le apetezca" en el escenario, más allá del guion. "Si no, estás preso de lo que el público quiere o de la idea de lo que el público quiere, porque tampoco lo sabes. Si siempre estás intentando saber qué es lo que la gente quiere, al final vas a fracasar".

Así, asegura que aunque siempre quiere "estar arriba", en un bolo además "tienen que pasar cosas". "No sólo estar saltando. Al final, si todo es estribillo, nada es estribillo", ha añadido.

CON GANAS DE PROFUNDIZAR

Zahara se revela "sorprendida" de cómo el público ha sabido entender las canciones de su último disco, que tienen más capas de las que podría parecer en una primera escucha. Sobre todo, valora "la capacidad, la paciencia y las ganas que tiene la gente para profundizar" en ella.

"Hay muchas canciones en las que te puedes quedar sólo en la primera parte de la épica o la euforia, pero todos los días sigo recibiendo mensajes de gente que descubre canciones que al principio no les llamaban la atención y cómo las valoran. Para mí la composición es un momento completamente libre y personal donde me expando y proyecto lo que soy", explica.

"No pienso si la gente lo va a entender o no. Lo espero, porque sabes que vives de esto y a cuanta más gente le llegue mejor irá, pero no lo condiciono. Y al final, algo tan personal, que surge de las vísceras, se convierte en himnos de personas o en canciones con las que lloran o con las que se emocionan. Es muy fuerte", añade.

VOMITAR LA EMOCIÓN

Cuando Zahara compone lo hace para reflejar lo que es, y habla de dos procesos diferentes. En ocasiones lo describe como una composición "minuciosa, que me lleva más tiempo" y en otras habla de "la abducción", algo que le ha sucedido en canciones como 'Guerra y Paz'. "Vomito una serie de emociones y las canto, y es como si yo no la hubiese hecho. Y entonces digo "hala qué bonita" y "me entra una sensación muy rara, como que lo estoy haciendo guay"

"También me pasó con 'El frío', 'El Deshielo' o 'La bestia'. Sabía que eran canciones enormes", añade.

Deteniéndose en 'Hoy la Bestia cena en casa', Zahara recuerda parte del proceso de creación. "Tenía la letra pero estaba atrapadísima. Era incapaz de darle forma, pero tengo mucha química con Martí (Perarnau, Mucho) y tras escuchar su último disco le pedí que me echara una mano".

Así, fue, le pasó la letra y en sólo dos o tres días el resultado estaba de vuelta. "Lo que no podía imaginar es el impacto que ha acabado teniendo", agrega.

LOS PALOS A LOS ICONOS FEMINISTAS

Sobre el estatus de icono feminista, Zahara arranca reivindicando a su madre y enalteciendo su mensaje. "Mi madre fue pionera en el movimiento feminista en Andalucía, y siempre ha sido la primera que me ha enseñado que el feminismo es cuestionarse".

Sobre la posibilidad de haberse convertido en un icono feminista gracias a sus canciones, Zahara asegura que tiene sus riesgos, "es lo peor que te puede pasar en la vida", ya que provocará que "sólo recibas palos".

"Y eso pasa porque lo que más necesitan los que odian el feminismo son imágenes y líderes del movimiento para poder atacar más sencillamente. Que se lo digan a Leticia Dolera. "En el momento en que te pones en el punto de mira, ahí ya tienes que ser perfecta", asegura.

En todo caso, asegura que no pretende dar "lecciones". "Soy la primera que reconoce que estuvo a favor de la gestación subrogada cuando no sabía lo que era, y que a medida que me he ido informando he ido cambiando de opinión. Y que estudio comportamientos que tuve cuando empecé en el mundo de la música y que los he ido corrigiendo. Yo creo que no voy a adoctrinar nunca a nadie como para decirle qué es lo que hay que hacer".

Pero Zahara está "convencida" de que el feminismo es "la única manera de conseguir que cambien las cosas a muchos niveles". "En el momento en que se empieza a mirar y a educar de otra manera, y a entender que la mitad de la población es igual de importante que la otra mitad, cambiarán muchas otras cosas a nivel social, económico y a otros muchos niveles. Es de base educar en el feminismo, y en ese sentido, en mis canciones soy feminista igual que soy folklórica".

"Y lloro cantando en el escenario, porque me emociono y grito cuando me cabreo cantando 'La Bestia'. Al final, saco lo que tengo e intento que eso conecte con la gente y le llegue".

Con todo, defiende la importancia de "empujar" siempre que se pueda. "Hay que ser conscientes de la relevancia pequeña que tenemos algunas mujeres y algunos hombres como para intentar hacer bien las cosas. Por eso lanzar un mensaje de igualdad me parece lo mínimo que debe hacer", finaliza.

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