La recién dimitida valedora do Pobo, Milagros Otero, es una de las caras que apareció este martes en los ensayos del espectáculo de proyecciones que prepara el Ayuntamiento de Santiago para los fuegos artificiales de la noche del 24 de julio, víspera del Día del Apóstol.

En concreto, la imagen de Otero, quien precisamente este martes registraba su dimisión en el Parlamento, iluminó la parte izquierda del Pazo de Raxoi durante una secuencia de retratos de mujeres ilustres para la capital gallega en la que también se rindió homenaje a Rosalía de Castro, a Verónica Boquete y a las Dos Marías, entre muchas otras.

El ensayo de estas proyecciones, al que han asistido cientos de personas, tuvo lugar a las 23,00 horas del 23 de julio, justo un día antes del espectáculo definitivo que acompañará a los tradicionales Fogos do Apóstolo.

La ya típica 'performance' de luces e imágenes para dar la entrada al Día de Galicia se erige este año en un homenaje a la historia de la ciudad compostelana, a sus paisajes y a distintas mujeres ilustres. Además, cuenta con música tradicional a cargo del grupo Cantigas e Agarimos.

DIMISIÓN DE LA VALEDORA

La dimisión de Otero se produce casi cuatro meses después de que el Tribunal Supremo desestimase su recurso contra una sentencia dictada en 2018 por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). Este fallo anulaba la designación dentro de la institución del Valedor de María Puy, hermana del portavoz parlamentario del PPdeG, Pedro Puy, y sobrina del expresidente de la Xunta Manuel Fraga.

A principios del mes de abril, tras conocerse la desestimación del recurso por parte del TS, Otero vinculó su renuncia al cargo a que el Parlamento, órgano encargado de designar al Valedor do Pobo, acordase la persona que la sustituiría tanto a ella como al vicevaledor, Pablo Cameselle.

Sin embargo, no ha sido hasta este martes cuando la catedrática de Filosofía del Derecho en la USC formalizó su dimisión a través de un escrito a la Cámara gallega, que horas después hacía efectivo su cese. Esa misma noche, el rostro de Otero iluminó el Pazo de Raxoi.