El recorrido de la antorcha olímpica supondrá una emisión a la atmósfera de 5.500 toneladas de dióxido de carbono, según publica hoy 'El País'.

Londres, París, San Francisco, Buenos Aires... por donde pasa la llama se desata la polémica, pero ahora, además, contamina.

La antorcha en sí no tiene la culpa

Pero tampoco hay que focalizar todas las iras en la 'pobre' antorcha, ya que ella utiliza propano como combustible y no contamina más que un mechero.

El problema viene del Airbus 330 de Air China que la transporta. Este consume 12,7 litros de combustible por kilómetro, lo que significa un gasto total de 1,75 millones de litros de combustible.

Una lista interminable de problemas

La contaminación se une a la larga lista de inconvenientes. El conflicto del Tíbet, la pena de muerte (en China sigue imponiéndose la pena capital incluso por delitos económicos), el tratamiento al Falun Gong, las detenciones sin juicio y la censura ya han puesto en entredicho la celebración de los JJ.OO desde que la ciudad fuera elegida como sede, allá por el 13 de julio de 2001.