A José María Fidalgo le molesta que digan que es amigo de Aznar, aunque reconoce que le gusta mantener las relaciones. El líder de CCOO es un posibilista. Cree que la principal función del sindicato es la negociación colectiva y observa con preocupación una crisis financiera que requiere más de psicólogos que de economistas.

Si hacemos caso a Zapatero, la suerte del país está en manos de sindicatos y empresarios. ¿No le da vértigo?

Yo creo que tampoco ha dicho eso Zapatero. Él y Aznar son personas inteligentes y conciben una cosa que es el diálogo social: los temas que guardan relación con los derechos o con la condición de los trabajadores, tanto en términos de reformas normativas como en otras cuestiones, han de plantearse en diálogo tripartito. Esto no es ninguna novedad. Pero nosotros no gobernamos.

En épocas de crisis cuando se piden pactos a los sindicatos lo que se está diciendo es que los trabajadores se aprieten el cinturón.

Tampoco hay ninguna formulación del pacto. Cuando empecemos a hablar veremos a ver lo que nos dicen porque nosotros también tenemos cosas que pedir, tanto si hay crisis como si no la hay.

No parece descabellado pensar que uno de los temas será el abaratamiento del despido...

Saben de sobra lo que diremos: no.

¿España está preparada para afrontar la crisis como proclama el Gobierno?

Lo primero es conocer el calado de la crisis internacional, y para eso hay que ver los balances de los instituciones financieras; y lo segunda es cómo se afronta. España ha crecido mucho tanto en riqueza como en empleo en torno a unos motores que no han resuelto el déficit de la balanza comercial ni la calidad del empleo. Una vez que esos motores se han gripado -y me refiero a la construcción residencial y al consumo de las familias- pinta bastante mal. El ahorro posible de las familias en los próximos 20 años está en la hipoteca: tenemos una deuda de billón y medio de euros, la mayor parte de ella en forma de cédulas hipotecarias, que hay que pagar. Mi diagnóstico es que nos hemos gastado más de lo que podíamos ahorrar. Todo el mundo lo sabe y ahora el Gobierno nos tiene que decir cuáles van a ser sus prioridades en un momento de caída de los recursos públicos. Cuando la economía no tira la recaudación fiscal se resiente y eso limita mucho.

¿Cuáles son las medidas más urgentes que debería tomar el Gobierno?

Hacen falta medidas que den al mercado y a la economía nacional e internacional una señal de que se va a actuar. Lo que se está diciendo es que se va a inyectar liquidez mediante rebajas de impuestos. Eso tiene lógica en el sentido de que es lo que se espera de cualquier Gobierno razonable en esta situación.

Quiere esto decir que aprueba la devolución de 400 euros...

No estoy diciendo que me parezca bien. De los 400 euros ya opinamos en su día. Digo que es lo que creo que van a hacer. Nosotros no estamos hablando de un plan de choque.

¿Pero la devolución de los 400 euros le parece bien o mal?

Eso no sirve para mucho. Es sólo un mensaje. Ya dijimos en octubre lo que había que hacer: a corto plazo, pensar en los de abajo, en los que se queden sin empleo, para que tengan garantías de protección social y de un buen funcionamiento de los servicios públicos de empleo; y a medio plazo, impulsar un cambio en el modelo productivo, algo que nosotros venimos diciendo hace mucho tiempo y ya estamos aburridos. El mejor modelo de crecimiento, que no lo decide el BOE, radica en los sectores y en las empresas que generan servicios de valor y son capaces de competir en el mercado exterior. Para eso hay que invertir en formación y cualificación. El sistema educativo tiene muchos agujeros. No estamos pidiendo un cambio de leyes sino reforzar la formación profesional y, cuando haya margen fiscal, incentivar las actividades que mejoran la balanza comercial.

¿Hay diferencias en política económica entre un Gobierno del PSOE y otro del PP?

Hemos tenido confrontaciones con Gobiernos de ambos signos y también acuerdos. Cuando hay crisis todos los Gobiernos se parecen bastante porque manda mucho la realidad y determinadas promesas no se pueden cumplir. Tengo mis dudas -y lo ha dicho recientemente el gobernador del Banco de España- de que se puedan reducir las aportaciones al Estado de los particulares y las empresas y, al mismo tiempo, reforzar los servicios públicos o mejorar las prestaciones en forma de transferencias a las familias. Es una cosa difícil de cuadrar.

En situaciones de crisis también es predecible el enfrentamiento de los sindicatos con el Gobierno.

Bueno, depende de lo que hagan los Gobiernos. Los sindicatos somos más predecibles porque nuestra función es muy finalista, que es defender los derechos y las condiciones de vida de los trabajadores.

En caso de enfrentamiento, ¿UGT estaría del lado de CCOO o del Gobierno?

No soy profeta. Cuando ha habido confrontaciones fuertes, para bien para mal, UGT y CCOO hemos estado juntas. Y para predicciones de futuro lo que único puedo hacer es mirar para atrás.

¿Hay que retomar el Pacto de Toledo como pide el PP para revisar el asunto de las pensiones?

El sistema público de pensiones es una alianza entre generaciones y ha de sobrevivir. El mismo Pacto de Toledo prevé la revisión del sistema y está en la lógica de los hechos que haga, lo pida o no el PP.

¿CCOO entraría a debatir la ampliación del período de cómputo de las pensiones más allá de los últimos 15 años de la vida laboral?

CCOO está en todos los debates.

¿Con qué posición?

Con la de sostener el sistema. Eso no significa recortar derechos a nadie. La expectativa que puede tener una persona en un sistema que es universal y es de reparto tiene que ser que la de que se sigan cobrando pensiones dentro de 20 o 25 años, porque para ello está generando ahora derechos.

Pero las pensiones pueden ser más bajas…

Eso ocurriría si el sistema pierde potencia recaudatoria; por eso hay que discutir de todas estas cosas. Somos la única organización que ha suscrito los tres acuerdos que han existido sobre pensiones.

¿Sobran inmigrantes?

Es un tema del que se va a hablar mucho, Y hay que hablar sin crear problemas. España es un país en el que está creciendo la población activa más que la creación de empleo y por eso aumenta la gente desocupada. La población activa crece porque se incorpora gente por edad al mercado de trabajo y porque llegan de fuera a trabajar aquí. El análisis del mercado de trabajo es el análisis de la inmigración. Hay que perfeccionar la regulación de los flujos migratorios para evitar en primer lugar la explotación de los inmigrantes. España no puede ser un país de puertas abiertas a la explotación, a la economía sumergida, al desastre. El sindicalismo defiende la igualdad de derechos y para que haya igualdad hay que regular bien los flujos. Esta pobre gente ha contribuido mucho al crecimiento de este país y empiezan a ser las primeras víctimas del modelo de crecimiento.

¿Hay que regularizar o hay que expulsar a los que están ya aquí sin papeles?

A los que están sin papeles yo no digo que haya que expulsarles pero no tienen papeles. Cuando con la patronal y UGT pactamos la última regularización lo hicimos bajo dos premisas: era extraordinaria y se hacía para emerger a esos trabajadores y que tuvieran derechos en un momento de crecimiento. Ahora no se puede pensar en regularizaciones extraordinarias porque van contra el ciclo.

¿Tiene sentido un Ministerio de la Igualdad?

Veremos a ver lo que dice la ministra. En igualdad hay que progresar mucho. La Ley nos encarga a sindicatos y empresarios que en algunos convenios colectivos haya un plan de igualdad. Hay que hacer más cosas, y no me refiero a los cupos. Hay que favorecer la incorporación de las mujeres al empleo, y tampoco creo que eso se haya arreglado con el cheque bebé, hay que hacer una red de escuelas infantiles… Posiblemente el Ministerio esté pensado para ayuda a dinamizar en todos los ámbitos. Quizás sea un Ministerio no legislador sino despertador.

Pero de la discriminación salarial de las mujeres ¿no se ocupaban ustedes?

La discriminación no viene porque en los convenios haya un sueldo distinto para el hombre y la mujer, que es ilegal, sino porque se incorpora a las mujeres a categorías profesionales de nivel más bajo. Los planes de igualdad tendrán que hacer hincapié en la promoción de las mujeres, para que puedan, en vez de subir un peldaño cada año, subir más rápido.

¿Cuál es la proporción de mujeres en la dirección de CCOO?

Es proporcional al número de afiliados que eligen esta dirección. En la federación de Sanidad es mayoritariamente femenina; en Construcción, mayoritariamente masculina. En el Congreso que tenemos en diciembre hemos hecho una apuesta por corregir esto en los ámbitos más masculinizados del sindicato para que haya un porcentaje más alto de mujeres. En la próxima dirección podría significar que la representación estará cercana a la paridad.

¿Se ha convertido a la fe nuclear?

A un sector de la comunicación le ha podido parecer llamativo que algunas personas, incluidas mi amigo Cándido y yo, digamos que España tiene una grave dependencia energética del 85% y que como sigamos creciendo como debemos crecer habrá que afrontar este problema. De las fuentes de energía que componen el mapa nacional creo que no se puede prescindir de ninguna. No me he convertido a nada. No soy ni pronuclear ni antinuclear. Conozco perfectamente los pros y los contras de cada fuente de energía. Los ciudadanos tienen la obligación de no ser cínicos. ¿A quién le gustaría que el Gobierno prohibiera el aire acondicionado y la calefacción o racionará la luz? Otro asunto grave es el del agua. Los Gobiernos no tienen que dedicarse a la agitación social sino a resolver los problemas responsablemente.

¿Qué le parece la solución de emergencia para dar de beber a Barcelona?

Pues eso, una solución de emergencia. Y es malo que tengan que darse este tipo de soluciones. El suministro de agua no está resuelto y va a ser un problema creciente. Esto no se si es un trasvase o un trasiego, que es eso que hacen los vinateros cuando sacan agua de la cuba. Esto de trasladar agua de una cuenca a otra parece que estaba mal visto por algunos políticos y de determinadas comunidades.

SIN RESPIRAR

Adora: No adoro nada; me gustan las cosas buenas.

Detesta: La mentira, el engaño, el disimulo y el cinismo.

Teme: La mala suerte.

Aspira: A seguir trabajando en cosas que me gusten.

Colecciona: Acumulo libros y discos y colecciono buenos amigos.

Una manía: Supongo que tengo un montón.

Un defecto: Casi todos, hasta el físico porque mi tamaño no se acomoda al utillaje.

Una virtud: Trato de ser virtuoso.

EN DOS PALABRAS

¿Reza alguna vez? No sé a quién pero supongo que sí. Creo que soy agnóstico, lo cual es ya una creencia.

¿Canta en la ducha? Nunca.

¿Escribe y recibe muchos e-mails? Manejo poco esas cosas.

¿Se muerde las uñas? Me las corto mucho desde cuando trabajaba en cirugía en el hospital.

¿Conserva amigos del colegio? Conservo amigos muy añejos.

¿En qué caprichos gasta más dinero? No gasto mucho dinero ni soy caprichoso. Alguna vez me gusta tomar un vino un poco más especial.

¿Qué libros está leyendo? Los Ensayos de Montaigne.

¿Su última resaca? Ni me acuerdo; sería joven.