Los efectos de la crisis siguen apareciendo. A la caída de las hipotecas y al descenso del consumo se suman los impagos de letras y pagarés, efectos con los que muchos pequeños negocios consiguen ganar algo de tiempo para pagar a sus proveedores.

Entre enero y febrero, los vallisoletanos no pudieron hacer frente a 5.794 letras y pagarés valorados en más de 24 millones de euros, según el Instituto Nacional de Estadística (INE ). El importe duplica con creces al del año pasado: algo más de 10 millones de euros. El número de efectos comerciales impagados es un 41% superior al de 2007.

No se presta dinero

El pequeño comercio y la construcción son los sectores más afectados por la falta de liquidez. Al bajar las ventas y el consumo, descienden los ingresos en muchos negocios, que tienen proveedores a los que deben pagar, pero no pueden.

Es más, «instaladores, cristaleros o tiendas de muebles... cualquier servicio relacionado con la construcción es sospechoso en los bancos, que ya han cortado el grifo. «Se muestran muy conservadores a la hora de arriesgar en anticipos o prestamos, porque las propias cajas carecen de liquidez y están comprando caro el dinero al Banco Central Europeo», según explica Santiago Sousa, presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Valladolid.

Lo que se está viviendo es «la pescadilla que se muerde la cola», agregan.

Ojo a los créditos rápidos 

Los problemas de pagos también repercuten en el consumidor y los préstamos personales y la reunificación de deudas que proponen las empresas de créditos rápidos no tienen por qué ser la solución. «Nadie da duros a cuatro pesetas», recuerdan desde la Unión de Consumidores (UCE) . Los intereses «se sitúan en el 20%», apuntan, por lo que recomiendan precaución, informarse y comparar las ofertas con la de las entidades financieras habituales.

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