Barcelona eliminará elementos con amianto de siete edificios municipales

El edificio Novíssim del Ajuntament, donde se ha detectado amianto.
El edificio Novíssim del Ajuntament, donde se ha detectado amianto.
I.S.
El edificio Novíssim del Ajuntament, donde se ha detectado amianto.

En un año en el que han crecido los casos de detección de amianto en construcciones e infraestructuras, el Ayuntamiento de Barcelona ha realizado un estudio de la posible presencia de este mineral peligroso para la salud en 10 edificaciones municipales adscritas a la Gerencia de Recursos, y en un primer momento, ha decidido actuar en siete para retirar elementos que lo contienen.

Se trata de los edificios Nou y Novíssim de la plaza Sant Miquel, el Departament Internacionals y CRD (Avinyó, 15), el Arxiu Municipal Contemporani (Bisbe Caçador, 4), el Arxiu Prearxivatge (Ciutat de Granada, 104) y los palacios Foronda (Ronda Sant Pau, 43-45) y Albéniz (Estadi 65-69), en algunos casos construcciones abiertas al público. En el Novíssim, por ejemplo, hay una oficina de atención ciudadana, y en el Palau Foronda está la Oficina Municipal de Atención al Consumidor.

Según una licitación que ha publicado este mes el Consistorio, el gobierno municipal destinará un importe de 195.768 euros a las obras para eliminar el amianto de estos edificios. Estas empezarán este año, acabarán en 2020 y tendrán una duración de seis meses.

Los trabajos consistirán en retirar elementos –como por ejemplo tuberías– hechos con fibrocemento (también llamado uralita), un material de construcción compuesto de cemento y polvo de amianto. El objetivo, reza la licitación: "garantizar las condiciones de seguridad de los trabajadores y usuarios de los edificios municipales".

Y es que aunque, por el momento, la prohibición de usar amianto en 2002 no obliga a eliminar los elementos con este componente previamente colocados si están en buen estado y no liberan polvo de este mineral, el Ayuntamiento "ha apostado por suprimir cualquier posibilidad de accidente". De este modo, pretende evitar el riesgo para la salud que comporta la inhalación de fibras de esta sustancia, asociada a enfermedades como el cáncer de pulmón, la fibrosis pulmonar, la asbestosis o el mesotelioma.

Este peligro ha llevado al Parlamento Europeo a establecer el 1 de enero del año 2028 como fecha límite para haber erradicado totalmente el amianto.

Este ha sido motivo de numerosas polémicas este año, la más sonada, la motivada por su presencia en el metro de la capital catalana, que ha llevado a sus trabajadores a protagonizar diversas huelgas. Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), que ha detectado en el suburbano 293,4 toneladas de materiales de construcción con este mineral, informó el día 10 de este mes de que en el marco de las revisiones médicas que se están realizando al personal, se ha diagnosticado cáncer de pulmón a tres empleados jubilados.

Por otro lado, la semana pasada empezó la segunda fase de los trabajos para retirar el tejado de fibrocemento del cine Urgell, en la que participa el Ayuntamiento, que también tiene previsto desmontar la cubierta del mercado de la Abaceria, del mismo material. Tres escuelas de la Sagrada Família y vecinos de la calle Nàpols, además, se han quejado por la proximidad de edificios con amianto.

Un censo que no llega

La teniente de la alcaldía de Ecologia, Urbanisme, Infraestructures y Mobilitat, Janet Sanz, afirmó en febrero que el Ajuntament acabaría en primavera un censo de edificios de la ciudad con amianto. Fuentes municipales afirman que "sigue sin estar acabado".

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