La llama fue trasladada en un avión por Suresh Kalmadi, presidente de la Asociación Olímpica India, antes de recorrer un largo tramo cercado por cientos de policías hasta llegar a un lujoso hotel donde quedaría durante la noche.

Temiendo que se produjeran protestas similares a las que afectaron el paso de la antorcha por otras ciudades, India recortó la distancia que debía recorrer la llama a un tercio de los 9 kilómetros originales, restringiéndola a un trecho muy custodiado que es utilizado en Nueva Delhi para el desfile del Día de la República.

El miércoles, en Pakistán

Los organizadores ni siquiera comunicaron el horario de inicio del evento de relevos. Miles de policías y de oficiales paramilitares bordearán la ruta, que pasa cerca del Parlamento y de las oficinas de los ministros federales.

India fue sorprendida por un remolino de protestas de exiliados tibetanos debido a los disturbios ocurridos el mes pasado en Lhasa. A pesar del respaldo del Dalai Lama a los Juegos de Pekín, los manifestantes prometieron arruinar la visita de la llama olímpica a Nueva Delhi. Los tibetanos planean realizar el jueves una parodia del relevo de la antorcha para protestar contra el accionar chino en su región y para demandar la independencia de la misma.

El Dalai Lama, refugiado en la India, instó a los tibetanos a desistir de su intención de interrumpir el evento, pero las manifestaciones continuaron.India debió asegurarle a China que habría una seguridad adecuada para la antorcha, después que el ministro de Relaciones Exteriores del del país organizador de los Juegos habló con su par indio este mes. Un total de 70 personas llevarán la llama.