En un comunicado, esos grupos critican la discriminación sufrida por Peñuela, que ha denunciado en el último número del seminario toledano Ecos que no ha sido admitido en la Hermandad de Nuestra Señora de los Desamparados, patrona del barrio de Antequeruela-Covachuelas.

En la carta en que se le deniega formar parte de la hermandad, de 13 de marzo de 2008, la junta directiva de la hermandad alega que, según el artículo 11 de sus normas, "no se admitirá a aquellas personas cuya actividad pública o privada no sea coherente con los postulados de la fe y la moral cristianas, se encuentren incursos en censura o pertenezcan a sectas o asociaciones condenadas por la Iglesia".

Además, los colectivos en su nota censuran unas declaraciones del presidente de la Hermandad, José Luis García Calderón, según el cual no se admitió a Peñuela, no porque fuera homosexual, sino porque "es un follonero con quien las cosas se tenían que hacer siempre como él quería".

Quienes protestan también señalan que "este tipo de decisiones no vienen de las bases cristianas, sino de instancias más altas, como ha quedado demostrado en el caso de María Rey", la mujer expulsada de la Hermandad de la Encarnación de Abenójar (Ciudad Real) por contraer matrimonio con otra mujer.

Juan José Peñuela, que presidió durante unos meses Bolo-Bolo, la asociación de gays y lesbianas de Toledo, trabajó a finales de 2006 para recuperar la hermandad, después de que durante más de nueve años no saliera en procesión la imagen de la Virgen de los Desamparados. Llegó a ser presidente de la junta directiva provisional que hubo hasta la aprobación de los estatutos por el Arzobispado de Toledo.

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