El equipo canario, que durante mucho tiempo será recordado por aquellos finales de liga frente al Real Madrid en la década de los noventa, vivió en la jornada del sábado el sinsabor de recibir una dudosa pena máxima en el minuto 83. Fue en ese momento cuando el local Rubén derribó a Raúl Navas, quien cedió la ejecución del penalti a Cobo. El argentino no dudó y su disparo implicó el empate con los tinerfeños sin que estos pudieran armarse para hacer variar el resultado final.

Hasta ese momento el dominio había correspondido mayoritariamente a los isleños quienes, jaleados por su afición, habían tomado conciencia de la importancia del encuentro a la hora de mantener sus aspiraciones de ascenso, que son justamente las mismas que las del Elche. Por su parte los de Vidal conseguían presionar bien en el medio campo, pero ni un solo disparo durante los 45 primeros minutos certificaban lo romo de su apuesta ofensiva.

Volcarlo todo a la defensa tiene, como no, el inconveniente de que en algún momento puede llegar el fallo y el de los franjiverdes se produjo al final del primer tiempo. Gracias a Marc Bertrán la franja diestra de los chicharreros comenzó a ser un carril de ascenso a la portería de Caballero, quien no pudo evitar en el minuto 41 el gol de Óscar Pérez tras el centro de Iriome.

La vuelta tras el descanso implicó la reactivación de los franjiverdes de manera que en dos minutos crearon más ocasiones de gol que en todo el primer tiempo. David Vidal había aleccionado a sus muchachos y trató además de dinamitar el encuentro realizando un triple cambio en el minuto 58. Raúl Fuster, Óscar Díaz y Rubén salieron al campo con el ánimo de llevar a su equipo hacia la victoria gracias a su mayor potencial goleador.

No obstante el marcador no se movía y el encuentro parecía en el saco de los locales hasta que llegó la polémica. Rubén caía en el área tinerfeña y los 12.000 espectadores del Heliodoro Rodríguez estallaban en gritos. Cobo no perdonó y el empate del Elche supuso el enfado mayúsculo de afición, jugadores y técnicos, quienes acrecentaron sus protestas hasta el pitido final de manera que el colegiado tuvo que reflejarlos en su acta.

Al final el punto supone un nuevo paso para el Elche, equipo que en su vuelta al Martínez Valero no puede permitirse dejar escapar ningún punto y que los logrados en tierras lejanas, como las de este fin de semana, siempre serán bienvenidos en su larga lucha por el ascenso a la máxima categoría.

CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE ELCHE.