La presión de los vecinos del Raval de Barcelona y del Sindicato de Vivienda del barrio para frenar el desahucio de los habitantes de 10 pisos ocupados del número 99 de la calle Hospital ha dado frutos, aunque ellos los consideran insuficientes y piensan seguir batallando para conseguir más. Después de que la mañana de este lunes hayan dado a conocer en rueda de prensa que han organizado 15 días seguidos de actividades en el bloque para garantizar que haya suficiente gente para parar su desalojo, previsto entre el 1 y el 15 de julio, el Ayuntamiento de Barcelona ha movido ficha. La concejal de Vivienda, Lucía Martín, ha anunciado que negocian una propuesta de acuerdo con el fondo buitre Blackstone, propietario del edificio, para que algunos de los pisos sean de alquiler social.

Blackstone se comprometería a ofrecer este tipo de alquiler a tres de las familias que actualmente viven en el edificio y el resto de viviendas del inmueble se destinarían algunas a alquiler a precio de mercado y otras a alquiler asequible.

Todo esto sería después de que el fondo buitre rehabilitara el edificio, cosa que implicaría que las personas que ocupan el bloque lo tendrían que dejar para ser realojadas "a coste cero" en pisos propiedad de Blackstone mientras duraran las obras.

A pesar de que el Consistorio ha valorado la propuesta como un "adelanto positivo", Joana Sales, portavoz del Sindicato de Vivienda del Raval, la ha considerado "insuficiente". "Pedimos alquiler social para todo el bloque", ha dicho, y ha dudado de que haya buenas intenciones por parte del fondo buitre. "No tenemos noticia de que Blackstone haya hecho nunca algo por los vecinos", ha afirmado.

El Sindicato de Vivienda del Raval defiende que el Ayuntamiento tiene la capacidad de parar el desalojo mediante la compra del inmueble, lo que le permitiría "ofrecerlo a sus habitantes a cambio de un alquiler social" y "ampliar también la escasa vivienda pública que posee la ciudad de Barcelona".

Mientras no exista una garantía firme de que los desahucios se van a frenar, ha apuntado Sales, los vecinos seguirán con las actividades que han organizado durante 15 días en el edificio, desde este lunes y hasta el día 15, para detenerlos mediante la presión vecinal. En el programa hay comidas populares, talleres, un servicio de 'casal' infantil y conciertos.

En el edificio, ha explicado Sales, viven "desde hace tres o cuatro años" una treintena de personas que lo ocuparon porque, al estar en malas condiciones, estaba vacío. "En 2016 el Banco Santander se lo quitó de encima porque no lo quería arreglar y luego lo adquirió Blackstone", ha afirmado.

Entre los habitantes del inmueble, ha añadido, hay "familias con hijos -con un total de ocho menores-, estudiantes, migrantes sin papeles y personas con movilidad reducida".

La portavoz del Sindicato de Vivienda del Raval ha informado, por otro lado, de que este lunes han logrado frenar otros dos desahucios: uno en el número 6 de la calle Espalter que afecta a Mohammed Ahayat, su mujer y sus tres hijos menores de edad; y otro en el número 17 de la calle Aurora, que afecta a una madre y sus hijos menores.

Por su parte, el Sindicat de Llogaters ha reiterado este lunes que "los desahucios con fecha abierta son ilegales" y ha exigido a la Generalitat que actúe para impedirlos. También han pedido más coordinación a las administraciones para evitar que los fundes buitres echen a los vecinos de los barrios.

Para este martes está previsto el desalojo del edificio conocido como la Casa África, en el número 35 de la calle Marià Aguiló del Poblenou de Barcelona y ocupado por una treintena de inmigrantes. Los vecinos han organizado un desayuno de resistencia a las 8 horas.