Los cinco problemas más frecuentes que sufrirá tu coche con el calor este verano

Sufrir una avería mientras conduces el coche puede provocar situaciones de riesgo.
Sufrir una avería mientras conduces el coche puede provocar situaciones de riesgo.
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Sufrir una avería mientras conduces el coche puede provocar situaciones de riesgo.

El intenso calor que estamos viviendo estos días afecta a las personas, pero también puede pasar factura a nuestro coche. En un momento de altas temperaturas como el actual, es muy recomendable extremar precauciones en el cuidado del vehículo y, ante cualquier situación de alerta, llevarlo al taller con el fin de evitar averías que acaben suponiendo un riesgo en los desplazamientos.

Para conseguir un funcionamiento óptimo es recomendable proteger al coche del sol y el calor y, sobre todo, vigilar la temperatura del motor. Para poder controlarlo es necesario fijarse en un indicador que suele estar en el salpicadero al lado del indicador de combustible. En frío, estará en la posición más baja, pero a los 5-10 minutos de tener el vehículo en marcha, se mueve y debe alcanzar la temperatura óptima (unos 90 grados). A lo largo del camino puede moverse pero es importante vigilar que la aguja nunca llegue a la zona roja. En caso de que así sea lo mejor es parar el coche, esperar a que se enfríe el motor y llevarlo al taller para evitar que se queme.

Sin embargo, por mucho que intentemos cuidar el coche existen una serie de problemas y averías que son más comunes en esta época del año debido al calor. Las tres más frecuentes son: 

1. Sistema de frenado.  La fragilidad de este sistema cuando hace calor deriva de su propio funcionamiento, ya que las pastillas de freno actúan por fricción sobre los discos de freno o el tambor, lo que significa que están constantemente expuestas al efecto calorífico para poder parar el coche. Además, los discos pueden deformarse por el calor de la presión y de la temperatura exterior, lo que puede afectar al funcionamiento de los latiguillos de freno.

2. Aire acondicionado. Durante el verano hacemos un uso excesivo del aire frío en el habitáculo. Tanto, que llegamos a abusar de él y lo que puede derivar en algunos problemas como el desgaste de las tuberías que llevan el aire e, incluso, en los casos más graves, una posible fuga de gas refrigerante. Es fácil de evitar si estamos atentos de las señales y recargamos el aire acondicionado del coche cuando es necesario o lo llevamos al taller ante la primera señal de avería.

3. Radiador. Como una de sus principales funciones es la de mantener refrigerado el motor la exposición a altas temperaturas del coche afecta directamente a su funcionamiento. Para adelantarse a posibles averías, conviene revisar los niveles de líquido.

4. Las ruedas. Al ser el elemento que está en contacto con el suelo, con la subida de las temperaturas, las ruedas del coche sufren y tienden a desgastarse más rápido, lo que supone una serie de problemas para el conductor, ya que dificultan su control del coche y aumentan las posibilidades de sufrir un accidente.

5. Batería. También es muy común en verano que, cuando se para en la gasolinera para repostar, el coche no vuelva a arrancar. Suele ser un problema de la batería y la mejor opción para solucionarlo es llamar al seguro y que lo lleven al taller para cambiarla.

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