Sin embargo todo esto está cambiando en los últimos tiempos. Cada vez más emprendedores se lanzan a la conquista del mercado gay-lésbico y gayfriendly, es decir, aquellos establecimientos de ocio que están dedicados al sector homosexual o, simplemente, constituyen un espacio de respeto y tolerancia a la hora de tomar unas copas o convertirse en un lugar de reunión.

Sin duda buena responsabilidad en todo ello tiene Ramón Fenoll , propietario del sex-shop Excess y combativo dinamizador del ambiente de la capital del Baix Vinalopó. Él es el impulsor de las tres ediciones de la guía gay-lésbica y gayfriendly de la ciudad y su papel, junto a Paco Sarabia, está siendo fundamental en la organización de la primera semana cultural que entre el 5 y el 15 de junio traerá a Elche distintas charlas, conferencias y proyecciones sobre homosexualidad.

Sin dejar el aspecto reivindicativo de estas iniciativas, ciertamente Elche se está revelando como una ciudad rentable para el ambiente gay-lésbico de la provincia. En los últimos meses dos locales certifican este auge: la sauna “Ilici Augusta Thermae” y el pub “Germanes Meues”. A ellos se sumarán en las próximas semanas dos nuevos establecimientos, "Duomo" (en los bajos del antiguo "Directo") y "Silence" (muy cerca de Santa María).

La terma masculina, de nombre rimbombante, recoge la tradición bimilenaria de una ciudad de pasado romano y adapta las necesidades gays a un ambiente con aspiraciones selectas. La sauna de la calle Obispo Winibal, está decorada con gusto y mantiene una clientela creciente que acepta la discreción de un local muy céntrico.

Por su parte “Germanes Meues” significa toda una novedad en Elche. Es, como su nombre indica, un lugar de charla y confraternización especialmente indicado al mundo lésbico, no obstante está abierto a todo tipo de personas que entiendan su particularidad. Su situación, muy céntrica, en el pasaje de la calle Almórida, y cercana a otros establecimientos de ocio y copas, certifican su visibilidad y alejamiento conceptual de otros locales, peor recordados.

Con todo ello Elche, al fin, entiende. Ciertamente es sólo una parte de la vida cotidiana, la referida al ocio y tiempo libre, pero esta conquista pública de espacios anima a sus impulsores a lanzar otras actividades cuyo fin es, sin duda, la normalización de todas las opciones sexuales en una ciudad que hasta ahora había mirado para ello a otras localidades.

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