Antonio Chocho es hijo de taxista y estudió la carrera de Historia. Ahora limpia váteres en la redacción

del periódico 20minutos, y está enamorado de Claudia, periodista, a la que se declara

en el capítulo 4 de Amor Sobrenatural. Entrevistamos al protagonista de

la serie de moda en internet.

Terminé mis estudios universitarios de Historia y comencé a trabajar en unas oficinas haciendo tareas de auxiliar administrativo. Pero tuve un problema con una fotocopiadora que rompí sin querer y me echaron. Entonces fue cuando me llegó la oportunidad de empezar a trabajar en

20 minutos limpiando váteres. Llevo dos años en

20 minutos y soy super feliz.

¿Qué es lo que más te gusta de trabajar en 20 minutos?

Que te dan de comer mucha fruta gratis, que las maquinas de chocolatinas y paquetes de patatas son muy baratas y cuando me encuentro a Arsenio Escolar por los pasillos y me sonríe. Cuando no me sonríe pienso que me va a despedir. También me gusta ver a los famosos que vienen. El otro día vinieron los Hombres G y uno me picó un ojo. Le quería dar un CD que compré en los negritos para que me lo firmaran pero un redactor de deportes me dijo que me fuera de allí o se lo decía a mi supervisor de limpieza.

Eso lo dice mi padre. Nunca me ha perdonado que no me haga taxista y que fuera a la universidad. Pero es que a mí no me gusta conducir: los coches van muy deprisa y eso me da miedo y me pongo a gritar porque creo que me van a chocar por todos los lados y voy a morir. Me gustó mucho estudiar la carrera de Historia durante 6 años pero ya no me acuerdo de nada. Siempre voy en metro, pero también me da un poco de miedo porque va muy deprisa. El metro debería de ser descapotable.

Sí. Ella es para mí todo lo que no soy yo. Es hermosa, inteligente, tiene éxito, brilla por sí sola como una estrella en mitad de una noche oscura. Estoy pensando en declararme a ella. Una vez, la imaginé desnuda.

¿Y cómo has reunido el valor de declararte ahora tras dos años en la empresa?

Porque ayer una persona muy rara me dijo que yo valía mucho más que mucha gente. Y a lo mejor a ella le gusto y no lo sé. Ahora mismo voy a comprarle un bonito regalo que he visto en los chinos y a decirle que la amo. Sé donde vive porque cada tarde, cuando sale del trabajo la acompaño a casa.

Bueno. La persigo hasta su casa sin que ella me vea. Por detrás. Tengo miedo que le pase algo. Si un día la van a atracar o violar pienso ponerme a gritar mucho hasta que los asesinos se asusten y venga la policía.