La serie Señoras del (h)AMPA, que estrena hoy Telecinco (22.40 h) es una ficción valiente. Comedia que mezcla géneros, políticamente incorrecta y se centra en mujeres normales con dificultades... extraoridinarias. También es valiente Toni Acosta, una de sus protagonistas, que no duda en poner su talento al servicio de los proyectos que la fascinan.

Ésta es una serie con una temática muy especial y a la vez muy cercana...

La clave está en acercar la cotidianeidad de estas mujeres a un hecho que las descoloca totalmente: un asesinato, un crimen que supera a lo cotidiano. El choque es tan grande que las enfrenta a situaciones que jamás habrían pensado que les pudieran pasar. Y todo eso lo hace muy atractiva.

¿La gente se va a ver reconocida en el día a día de los personajes?

Totalmente. Tengo fantasías con que cada mujer elija a una y diga '¡Yo soy como esa!'. Yo me acuerdo que de niña lo hacía, cuando veía Los Ángeles de Charlie y decía "yo quiero ser como esa".

Es una serie sobre mujeres, pero no sólo...

Se centra más en la visión femenina, la cámara se queda más con ellas, pero te enseña también muchos modelos de parejas, como la de Virginia, que son modernos, jóvenes y conciliadores, la Lourdes que es una pareja acomodada en la que ella tira del carro...

¿Qué hace diferente a Señoras del (h)AMPA?

La mezcla de géneros. Partimos de la base de que es una comedia, con situaciones muy grotescas enfocadas desde el humor, pero hay muchos géneros y eso atrapa a más público. También hay escenas dramáticas, de terror, gores...

¿Todos llevamos un asesino potencial dentro?

Accidentalmente sí. El dilema moral viene con qué haces después... quiero pensar que Toni iría a la comisaría. Pero si ves todas las circunstancias que rodean a estas mujeres es muy difícil que decidan ir a la comisaría. Y luego todo se enrarece y cobra sentido... no quiero hacer spoilers.

Háblenos de la Turbothunder 3000...

Me encanta la idea. Mayte encuentra en el aparato el que cree que es el trabajo de su vida, pero luego es un desastre porque no es buena cocinera y no es buena vendedora. A Mayte le da la ilusión de llegar a algo, de ascender. En el capítulo 4 hay una convención de la Turbothunder 3000 y es maravilloso.

Señoras del (h)AMPA tiene escenas trepidantes, ¿se lo han pasado bien rodando?

Ha sido divertidísimo. Pero igual de divertido que de agotador. El hecho de mezclar géneros te da la oportunidad como actriz de explorar todas tus herramientas pero había que estar fuertes, había que cuidarse. Hay un capítulo en el que Malena y yo nos montamos una como Glow, de lucha libre y tuvimos que ir a entrenamientos, prepararnos, hacer coreografías... Como actriz es un bombón y como persona, físicamente, requiere mucho esfuerzo.

Son un elenco muy conocido y sin embargo aceptaron comenzar la serie un poco en precario para que saliera adelante, ¿es importante no convertirse en una diva o divo?

Yo lo llamaría acomodarse. Pero yo sigo haciendo cortos, si me gusta, lo hago. Cuando lees el guión y te gusta tanto da igual que haya que ir a una casa a ensayar. Si el proyecto merece la pena lo quieres hacer.

Sí o no: los grupos de whatsapp del AMPA son un infierno.

Esa afirmación es real. También te digo que a veces son de gran ayuda, porque te enteras de cosas que no te habrías enterado de otra forma. En general los grupos de whatsapp grandes son un infierno. Yo lo tengo silenciado y lo miro de vez en cuando (risas).

Tiene una voz muy especial, ¿qué le aporta como actriz?

Lo he descubierto con el tiempo. Pero ahora escucho los anuncios de la Turbothunder 3000 y es que soy yo hablando. Uno le regala a su personaje todo, su expresión, sus ojos, su voz... Pero en el caso de Mayte, que es una persona tímida, introvertida, la voz está trabajada, porque hace las presentaciones del aparato y se pone nerviosa. No siempre es mi voz, está modulada en los agudos, por ejemplo. Pasados los años creo que mi voz es una virtud, me da personalidad, pero también la he sufrido. Una sufre cuando todo el mundo te dice "ay, te he reconocido por la voz". Y dices "¿eso será bueno?" Pero ahora estoy reconciliada por mi voz.

¿Esas dudas o inseguridades son inherentes a ser conocida?

Jo, es que todo el mundo piensa que ser popular y famoso por la calle es como muy guay y a veces lo único que hace es que tarde más en hacer las cosas. Yo tardo más en hacer la compra, porque la gente te para. Siempre intento ser amable y agradecida, porque eso es un reconocimiento. Pero tampoco tiene tantas ventajas...

Es genial tener una serie premiada en Cannes antes de ser emitida, ¿no?

Mola todo. Porque con todas las dudas que siempre te asaltan tienen un respaldo. Y con Señoras del (h)AMPA todas las críticas desde que se estrenó en el festival de series MiM han sido destacadas y en Cannes eran compradores, que son los más difíciles. Ahora hay que cumplir las expectativas.

Porque crítica y público no siempre se entienden...

Yo quiero que coincidan. La crítica mira más aspectos técnicos y estás más acostumbrados a ver series fuera. La prueba de fuego real es el público. Sólo falta el paso de compartirlo con ellos.

Mayte es una mujer superada, que no llega a todo, ¿le pasa a usted también?

Creo que nos pasa a todos en el siglo XXI. Está bien focalizarse y mostrar a este grupo de mujeres a las que no todo les sale bien, que son imperfectas. Quizá estamos vendiendo una fantasía o una utopía de mujer empoderada, con mucho tiempo libre que ojalá exista algún día, pero hoy en día mujeres y hombres vamos superados. Nos hemos impuesto una serie de obligaciones que hacen que este siglo esté siendo complicadito (risas).

¿Tiene alguna técnica para estudiar los guiones?

Estudio en cualquier lado, antes de llevar a los niños al cole, esperando a que salgan... Hay algo en mi algo que hace que desde que lo leo de alguna manera estoy trabajando ya las secuencias y luego fijo el texto.

¿Se acuerda de la primera frase de la primera vez que hizo de actriz?

Sí, vas a flipar. Hice un pequeño papel en Compañeros y me daba la vez Miguel Rellán. Yo decía "qué va, mi padre no me deja hacerlo", así como muy pija, porque mi padre en la ficción no me dejaba hacer una obra de teatro.

Qué nostalgia, ¿no?

Es muy guay pensarlo ahora. Era una secuencia complicada. En tu fantasía de novata piensas que será llegar allí y decir tus tres frases. Y luego todo era complicadísimo ellos empezaban la secuencia y yo estaba detrás de una puerta y tenía que entrar al oír una frase. Y Rellán me ayudó muchísmo porque me decía bajito "ahora".